A la espera de que el Consell dé una solución a los restos de podas agrícolas, a través de la trituración o reutilización como biomasa, la Generalitat reclama a los agricultores que extremen las medidas de seguridad a la hora de proceder a la quema de los residuos vegetales, teniendo en cuenta que cada año se producen, de media, 68 incendios forestales cuyo origen está en una quema de restos de poda agrícola.

En primer lugar, los agricultores deberán ajustarse a lo que marque el plan local de cada ayuntamiento para la quema de estos residuos vegetales. En caso de que no hubiera, hay que pedir permiso al agente medioambiental de cada zona. La Conselleria de Medio Ambiente establece más medidas de seguridad e introduce la consideración de que solo se realicen aquellas que sean imprescindibles. En las denominadas quemas indispensables por las características del cultivo, Medio Ambiente exige a los agricultores que haya una franja de seguridad en torno a los restos, que se respete la distancia de seguridad al monte, disponer de un depósito de agua junto a la quema y que el proceso esté vigilado hasta que los restos queden a temperatura ambiente.

Los datos de Medio Ambiente destacan que entre 1983 y 2015, alrededor del 15% de los incendios forestales han sido por quema de restos vegetales, así como de vegetación en márgenes y ribazos.