Latas, pañales, sombrillas rotas, restos de comida... Las playas alicantinas se convierten a menudo al final del día en un estercolero. Son muchos los residuos que los bañistas abandonan en la arena Y aunque de madrugada pasan las máquinas que rastrillan las playas, a menudo permanecen plásticos, cáscaras de pipas, palos de helados y sobre todo miles de colillas, muy difíciles de retirar.

Para concienciar a los bañistas que estos días llenan playas, los propios socorristas inician una campaña que consiste en diseminar por la arena reproducciones de residuos a tamaño gigante, que sobre todo llaman la atención de los niños. Con esta medida, el personal de Proactiva, que vigila las playas alicantinas, quiere poner su grano de arena en la protección y cuidado del medio ambiente. En los próximos días llevarán la campaña a las demás playas del término municipal.