Viernes 19 de agosto, pleno Casco Antiguo de Alicante, y las ratas campan a sus anchas merodeando la basura agolpada a pies de unos contenedores imposibles de cerrar ante la acumulación de bolsas y bolsas de residuos. Son las 23.00 de la noche y algunos de los roedores que habitan frente a la fachada del Palacio de Die llegan a medir más de un palmo. A espaldas, la mismísima Concatedral de San Nicolás. La inmundicia recorre el corazón de Alicante en plena campaña turística. Las ratas se comen su imagen cada noche bocado a bocado de basura mientras corretean sin control por uno de sus principales focos turísticos.

El sempiterno problema de suciedad que arrastra la capital de la provincia ataca ahora a un edificio protegido que data del siglo XVIII, un palacio catalogado de Bien de Relevancia Local en el que hay proyectado un hotel de lujo con 20 habitaciones, restaurante y una terraza para desayunos. Situado en la calle Miguel Soler, en el entorno de protección del BIC de la Concatedral, hoy esboza una imagen de abandono agravada por la mugre y la presencia de roedores cuando cae la noche y desciende el tránsito de personas por la zona del Casco Antiguo.

Más allá de la imagen de insalubridad que dibuja la basura agolpada a las puertas del Palacio de Die, la presencia de roedores puede derivar en transmisión de enfermedades como la Peste Bubónica sin necesidad de que lleguen a morder a los transeúntes que recorren el corazón de la ciudad. Un grave problema de dos aristas que el grupo municipal del Partido Popular (PP) en el Ayuntamiento de Alicante, con su portavoz Luis Barcala a la cabeza, ha denunciado.

«El problema de la limpieza en Alicante alcanza cotas inaceptables. Nunca, nunca, esta ciudad ha estado más sucia y abandonada», lamentó ayer Barcala a través de las redes sociales. «Es cierto que es una ciudad que, por muchos motivos, cuesta que de una imagen de limpieza; es cierto que nos cuesta promover conductas más cívicas y que tenemos un grave problema con el vandalismo; pero también es cierto que la dejadez y la falta de mantenimiento se han incrementado con un resultado que es evidente», añadió el portavoz del PP, quien se cuestionó si desde el Ayuntamiento se vigila que la basura se deposite dentro de los contenedores, si la UTE encargada de la limpieza de la ciudad cumple con los horarios de recogida de la basura o si se están cumpliendo con los planes de barrido y baldeo establecidos en el pliego de condiciones que establece la ordenanza de limpieza.

Las denuncias vecinales sobre el estado de suciedad que presentan distintas zonas de la ciudad se han multiplicado el último mes. En este sentido, Barcala asegura que «hacer un plan de choque con baldeos extras durante tres días cuando la situación está a punto de reventar solo pone de manifiesto la incapacidad del tripartito para dar solución a este problema». «Dirán que la contrata la hizo el PP, pero eso no justifica que la ciudad esté más sucia que nunca», sentenció el portavoz popular en el consistorio alicantino.

Plan de choque del tripartito

La acumulación de suciedad en pleno centro histórico y foco turístico de la ciudad se extiende a otras zonas de Alicante como los barrios de la periferia, la zona de playas o la plaza Gabriel Miró, donde los hosteleros tiene que barrer las aceras varias veces al día ante la palpable falta de limpieza.

El problema, reconocido por el equipo de Gobierno, ha obligado a poner en marcha una campaña extraordinaria de higiene y baldeo en cinco plazas y más de 40 calles de la ciudad, una medida que ayudará a paliar la imagen de insalubridad que denuncian los vecinos y que choca frontalmente con la estampa que debería ofrecer un destino turístico de primer nivel como Alicante. La presencia de ratas en el Casco Antiguo, además, obliga a ejecutar un plan que erradique su presencia en las calles del entorno de San Nicolás que asegure la desinfección completa de la zona y la posible transmisión de enfermedades.