Las deficiencias en limpieza en plena temporada turística dejan estampas de basura y suciedad por numerosos rincones, desde el centro hasta los barrios, en una ciudad, como es Alicante, que debería ser pulcra porque vive de su imagen. El casco histórico y el centro tradicional dejan mucho que desear, pero también hay gran cantidad de desperdicios, basura, manchas, chicles, orines...en el Pla, San Antón, Benalúa, zona de playas, etcétera. Mención especial merece la plaza de Gabriel Miró, donde los trabajadores de hostelería barren varias veces al día. Hay quejas del PP por la derogación de la ordenanza de mendicidad ya que en este enclave ha habido, según denuncian, problemas de seguridad con personas que duermen en los jardines.