Picaduras de un diámetro como el de una moneda de euro y muy urticantes cuya reacción dura varios días y, en muchos casos, se hacen insoportables. Si lo ha sufrido, es muy probable que se trate de un mosquito tigre. El insecto, una especie invasora, prolifera este verano por la zona de playas y la empresa que controla las plagas ha detectado focos en numerosas urbanizaciones de la costa. De hecho, los vecinos de la zona de playas alertan del aumento de estas picaduras.

«La gente se está quejando y puede influir la falta de fumigación», considera el portavoz de la asociación de vecinos de La Condomina, Paco Huesca. Sin embargo, desde la empresa que se encarga del control de plagas en la ciudad (Lokímica) señalan que, ante las quejas vecinales, revisaron los imbornales y los estanques públicos de la zona hace unos días y sólo encontraron presencia de quironómidos, una especie de mosquito que «no pica», según el gerente de la mercantil, Noé García. No obstante, este último indica que sí han detectado mosquito tigre en el interior de numerosas urbanizaciones privadas, donde no pueden actuar.

«El 80% de los focos se localizan en zonas privadas», explica García, quien agrega que, a diferencia del mosquito común, el tigre se reproduce en pequeños acúmulos de agua, como los que se pueden producir en el plato de las macetas tras el riego. Dado que no pueden actuar en zonas privadas, García recomienda que, en estos casos, se avise a la Mancomunidad de l'Alacantí (96 514 33 20) para localizar el foco y que estén en casa en ese momento para darles recomendaciones. En esa línea, García indica que han comenzado a colocar carteles informativos en las urbanizaciones.

García asegura que el insecto colonizó la ciudad el año pasado y que este verano «está en expansión». Es un mosquito pequeño, que no vuela más de un metro y medio, por lo que las picaduras suelen producirse en las piernas. García añade que, cuando pica, el foco puede que no esté «a más de cincuenta metros».

El catedrático de Zoología de la Universidad de Alicante y presidente de la Asociación Española de Entomología, Eduardo Galante, indica que nuestro cuerpo reacciona de forma más virulenta ante estas picaduras porque «no reconoce la proteína que inocula» el mosquito tigre, dado que se trata de una especie que lleva poco tiempo en la zona. Coincide en que se trata de un insecto muy pequeño que se reproduce en pequeños acúmulos de agua. Los efectos de la picadura, indica, pueden tardar en aparecer. Los médicos de familia consultados restan gravedad a la situación, si bien admiten que han atendido varias picaduras este verano. La solución en la mayoría de los casos pasa por pomadas con corticoides y antihistamínicos.