«La depuración y vertido de aguas residuales en la isla de Tabarca es bastante deficiente y necesita de una mejora urgente. Esto se ve aún más agravado si se tiene en cuenta que es una reserva marina de gran valor ecológico». Así de contundente se muestra la Conselleria de Medio Ambiente respecto a la contaminación que se está produciendo en Tabarca debido al mal funcionamiento de las instalaciones de depuración de aguas residuales en la isla. La preocupación de la Generalitat por esta situación viene plasmada en el resumen del proyecto de reforma de la estación de aguas residuales que la Entidad Publica de Saneamiento de Aguas Residuales, dependiente de la Conselleria de Medio Ambiente, ha enviado a los vecinos de Tabarca.
Las instalaciones de depuración que actualmente funcionan en la isla, según se recoge en este documento, se encuentran paralizadas durante ocho meses al año, coincidiendo con la época turística baja. De esta forma, el agua residual «se vierte directamente al mar, con el único tratamiento de su paso por un tamiz de finos». En verano, cuando la planta está en funcionamiento, «su capacidad se ve ampliamente superada», por lo que gran parte del agua residual generada en la isla acaba igualmente en el mar, «pasándose únicamente por el tamiz de finos».
De esta forma, señala Medio Ambiente, la carga contaminante del agua residual vertida al mar «es muy elevada, produciendo una contaminación importante en el medio receptor».
El Ayuntamiento de Alicante, que gestiona el tratamiento y depuración de las aguas residuales en la isla, no comparte esta visión de la situación. En un escrito de la Concejalía de Medio Ambiente a los vecinos, en respuesta a sus quejas por el funcionamiento de la depuradora, se señala que esta instalación «no está incumpliendo ninguna ley medioambiental» y que cuenta «con la autorización de vertido y Plan de Seguimiento Estructural y Ambiental». La concejalía también niega que la depuradora funcione sólo tres meses al año. «En los meses de temporada baja se realiza un tamizado y una activación de fangos, por lo que no se puede decir que no se dé tratamiento alguno a las aguas residuales antes del vertido».
Actualmente, la Conselleria de Medio Ambiente está tramitando el proyecto para las obras de reforma de la depuradora de Tabarca, donde las aguas residuales recibirán un primer tratamiento y después serán bombeadas a Santa Pola a través de una conducción submarina de nueva construcción de más de 5.000 metros de longitud. El presupuesto de licitación de esta obra asciende a 1.711.000 euros y, según informó el Ayuntamiento a los vecinos en su escrito, está previsto que la licitación se lleve a cabo en lo que queda de 2016 para que el proyecto pueda ejecutarse a lo largo de 2017. La conselleria quiere que la obra se lleve a cabo en seis meses, coincidiendo con el periodo de menor actividad en la isla, con el objetivo de garantizar que el verano del año siguiente esté operativa.
Medio Ambiente incide en que la obra se deberá ejecutar de tal manera que «el impacto medioambiental en el entorno del trazado sea mínimo», prestando especial atención a la protección de la pradera de posidonia existente, considerada de gran valor medioambiental».
Desde la asociación de vecinos de la isla piden celeridad con este proyecto para evitar que se sigan vertiendo al mar aguas residuales. Además, han solicitado a la conselleria que, aprovechando las obras de reforma de la depuradora, ésta se coloque en otro lugar de la isla. «Actualmente está en una plaza muy céntrica, por lo que hay momentos en los que el mal olor y los ruidos hacen insoportable estar allí», señala Carmen Martí, presidenta de los vecinos.
