La tarima que se colocó a principios de 2015 para cubrir las raíces de los ficus centenarios de Gabriel Miró ha empezado a levantarse. Este recubrimiento con láminas de madera se eligió para tapar y proteger las raíces, permitiendo pasar sobre ellas sin quitarlas, después de que levantaran el pavimento de la plaza. Ahora su empuje ha provocado que la tarima esté unos centímetros por encima del nivel del suelo en una zona de paso junto a un velador.