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Pavón daría por roto el pacto de gobierno si Echávarri fuerza la llegada de Ikea a Rabasa

El vicealcalde insta al alcalde a respetar el programa que acordaron hace un año

El vicealcalde, Miguel Ángel Pavón; el alcalde, Gabriel Echávarri, y el portavoz, Natxo Bellido, miembros del tripartito. pilar corTÉS

El vicealcalde de Alicante y edil de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón (Guanyar), daría por roto el pacto de gobierno en el Ayuntamiento de la ciudad si el alcalde, el socialista Gabriel Echávarri, fuerza la implantación de Ikea en Rabasa. Pavón declaró ayer a este diario que su voluntad es seguir adelante con el pacto de gobierno, del que también forma parte Natxo Bellido (Compromís), con el programa acordado conjuntamente y entiende que sus socios también, por lo que no contempla otro escenario, es decir, el incumplimiento de las condiciones que pactaron respecto a este proyecto, que son que Ikea se instale sin un centro comercial anexo y el apoyo al comercio de proximidad a través de la retirada del ATE de Alicante Avanza en Rabasa, ordenando esta zona dentro del nuevo Plan General con un parque tecnológico vinculado a la Universidad. El mismo punto del acuerdo de gobierno contempla la negociación con Ikea para definir la ubicación definitiva de su tienda en otro lugar de la ciudad. Pavón dijo que Echávarri de momento no le ha trasladado lo contrario y que en todo caso él se ceñirá al cien por cien al acuerdo programático.

«Desde la Concejalía de Urbanismo trabajaremos para que se cumplan las condiciones del pacto», reiteró, a la vez que recordó que los terrenos de Rabasa a ambos lados de la avenida de la Universidad, «tantos los del plan Rabasa como los de la feria de Navidad», última posible ubicación barajada por Echávarri, no están clasificados como urbanizables, por lo que cualquier propuesta para ubicar allí Ikea pasaría, dijo, por cambiar el planeamiento, lo que se demoraría tanto como la modificación del Plan General. «No tiene sentido porque vamos a iniciar la redacción del nuevo PGOU y desde la Generalitat no lo entenderían. Si Ikea está interesada en Alicante hay opciones de otros suelos urbanizables y urbanos, en los que no hay que recalificar nada para que se instalen», apuntó en referencia al área de Mercalicante, polígono de Babel y de las Atalayas. De paso recordó que la multinacional pidió Rabasa sí o sí en una reunión cuando iba a venir en el marco del ATE, cuya disolución está dirimiendo el Consell, por lo que entiende que la situación ha cambiado. «Y no ocurrirá nada hasta que la Generalitat tome una decisión, complicada, porque hay reclamación patrimonial de por medio». Sin embargo, no sería la primera vez que se incumpliera el programa del pacto de gobierno sin que se haya roto el tripartito. La retirada de Zona de Gran Afluencia Turística del centro que supuso su cierre los domingos fue una de ellas, puesto que se ha reabierto, y la política de veladores, otra.

Así las cosas, el alcalde, que en conversaciones con este diario dijo que mantendría Ikea en Rabasa aunque le costara la ruptura del tripartito para que la ciudad no pierda una inversión de 250 millones de euros, echó ayer balones fuera sobre los contactos que ha podido tener con la multinacional. Echávarri declaró no entender como un ultimátum de la multinacional abrir en Rabasa o nada, aunque reconoce que está dispuesto a hacer lo que sea necesario para que Ikea se instale en Alicante. Aseguró que por ello no hay «líneas rojas ni vetos» en las negociaciones que se puedan abrir, con un solo pero: el complejo comercial de 300.000 metros con 400 tiendas del proyecto del que ha desistido Alicante Avanza: «ese macrocentro, no», dijo rotundo.

Reiteró que Ikea mantiene su interés por la ciudad, por lo que se le ofrecerán «todas las facilidades» y para ello pidió a la Generalitat celeridad en la desestimación del ATE para que el Ayuntamiento pueda empezar a «jugar su partido». Desde el Consell le han informado, dijo, que se cerrará el proceso cuando se hayan resuelto las alegaciones de todos los propietarios de suelo afectados. Natxo Bellido, tercer socio de gobierno, restó importancia a esta crisis y dijo que sólo hay dos cosas claras: el interés de Ikea por Alicante y el proceso de desestimación del ATE.

Desde la oposición, el grupo popular considera que se ha perdido un año para la implantación de Ikea en Alicante «por la demagogia y el sectarismo» del tripartito, dijo su portavoz, Luis Barcala. Desde Ciudadanos, el concejal José Luis Cifuentes afirmó que Alicante necesita hacer este proyecto realidad, y recordó que las negociaciones con la empresa sueca deben llevarse a cabo en la comisión que se creó para tal fin.

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