La devoción por la patrona se vivió en las calles de Alicante, en las que se concentraron los fieles para jalear a su Virgen del Remedio, en recuerdo de los gozos que se le dedican desde hace más de 300 años:

«¡Redimidnos Señora!». La actuación coral en la Rambla, a la altura de la Casa de la Festa, protagonizó uno de los momentos más emotivos y populares de la procesión, con la interpretación de los Gozos, así como la Marcha de Bernabé Sanchís.

El obispo, Jesús Murgui, dirigió también unas palabras a la patrona en nombre de la ciudad, recordando el acontecimiento que protagonizó en su día -las crónicas le atribuyen el término de la epidemia de peste- y pidiéndole que sea la intercesora de los alicantinos. Por primera vez presidió la comitiva el alcalde, Gabriel Echávarri, y entre las novedades previas, el deán de la Concatedral, Ramón Egío, destacó la interpretación de los cantos tanto de la misa criolla como de la misa tradicional.