Una jornada sofocante, con máximas que rondaron los 40 grados, se vivió ayer de norte a sur de la provincia de Alicante. Tal y como estaba previsto, los termómetros no iban a dar tregua durante toda la jornada: históricamente, el día 31 de julio suele ser el más cálido en la Comunidad Valenciana.

Ayer se confirmó ese «pronóstico». La sensación de intensísimo calor ya empezó a sentirse durante la madrugada, y es que el mercurio no bajó de los 28 grados, por ejemplo, en municipios como Xixona y Planes. Valores similares se dieron en otros puntos de la provincia: 27,5 en Muro de Alcoy, 26,9 en Elda o 26,1 en Torrevieja.

Esa sensación de calor, que dificultó y mucho la conciliación del sueño en la noche del sábado al domingo, se acrecentó durante las posteriores horas del día. Pocos minutos después de las 10 de la mañana de ayer, el Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante ya anunciaba que el mercurio empezaba a acercarse a los 34 grados en la capital, en un momento en el que incluso se registraron algunas gotas de lluvia en varios puntos del litoral de la provincia.

Poca cosa, en cuanto a las precipitaciones, porque en cambio el termómetro no dejó de subir hasta bien avanzada la mañana en la mayoría de los municipios alicantinos. De hecho, el mercurio en la capital alicantina rozó los 40 grados, logrando una máxima de 39,4 grados no registrada en los últimos seis años. El 27 de agosto de 2010, la temperatura en la ciudad llegó hasta los 40,4 grados. Ayer se quedó a justo un grado, según lo registrado en un observatorio meteorológico en El Rebolledo.

Desde el departamento de la UA explicaron que en los barrios de la capital más próximos al mar se alcanzaron temperaturas menores que en otros puntos de la ciudad más retirados del litoral. El mejor ejemplo, la partida rural de El Rebolledo, con la temperatura más alta vivida ayer en toda la ciudad. «La brisa de Xaloc no ha tardado mucho en entrar en la costa.

Sin embargo, conforme nos vamos alejando del mar encontramos temperaturas más elevadas en los barrios más distanciados del mar, donde el viento de poniente ha aguantado más», argumentaban a través de sus perfiles en redes sociales especialmente activos en la jornada de ayer ante las altísimas cifras que se estaban registrando en la provincia.

Pero las altas temperaturas, que tuvieron su cariz histórico en la capital alicantina, también se repitieron en puntos geográficamente muy dispares de la provincia. En lo más alto de podio se situaron Muro de Alcoy y Orihuela, con hasta 39,6 grados, una temperatura muy próxima a la que llegaron en Pedreguer o Villena (39,5). A sólo una décima se quedó la ciudad de Alicante. En Elche se quedaron en 38,4 grados. Así, la jornada de ayer en la provincia se convirtió en la más cálida en lo que va de año. Y la situación pudo ser peor, según los expertos: de haber sido un día menos nublado, las máximas en el litoral se hubieran disparado aún más.

Desde una visión más general, Ontinyent (en la provincia de Valencia) alcanzó ayer la temperatura más alta de España con 42,9 grados. El sábado, además, esta localidad interior alcanzó la máxima del día con 43,5 grados, según informó la Agencia Estatal de Meteorología. A Ontinyent le siguieron ayer otros puntos de la Comunidad Valenciana donde los termómetros también se elevaron por encima de los 40 grados, como la Xàtiva (40,8) o Llíria (40,2).

Y tras una jornada de calor sofocante, agosto comienza hoy un descenso térmico que se notará con especial incidencia en el área mediterránea, con una caída del mercurio en la provincia que puede llegar hasta los ocho grados. Según el Laboratorio de Climatología, hoy llega una masa de aire procedente del Atlántico, que unido a un role del viento al Levante, hará que descienda notablemente las temperaturas, especialmente en el litoral, con un aumento de la nubosidad y la posibilidad de alguna llovizna en la provincia.