Un espectacular disparo de fuegos sobre la pasarela voladiza del barranco de las Ovejas puso ayer el punto y final a las fiestas de San Gabriel. Tras una semana de numerosos actos festivos, el disparo nocturno de la pirotecnia Hermanos Ferrández echó el telón a unas fiestas que este año cumplían 91 años de historia con la satisfacción de recuperar la tradición casi ancestral de disparos aéreos. Por la noche, tras la misa y procesión en honor al patrón, el barrio despidió sus fiestas con un castillo espectacular y esperado después de que de Medio Ambiente lo prohibiera el año anterior.