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El Júcar acuerda con los ayuntamientos desbloquear la limpieza de los barrancos

La CHJ dejará entrar a consistorios e incluso particulares a sanear las zonas a las que no puede llegar

El Júcar acuerda con los ayuntamientos desbloquear la limpieza de los barrancos

La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), las diputaciones provinciales, los ayuntamientos y la Delegación del Gobierno han llegado a un acuerdo para desarrollar un plan conjunto de limpieza, conservación y mantenimiento de los cauces y barrancos de los ríos de la demarcación hidrográfica con el objetivo de optimizar recursos y minimizar la propagación de posibles incendios. La iniciativa abre la puerta a la limpieza, por ejemplo, del polémico barranco de Agua Amarga, repleto de cañas y matorral, y que ha vuelto a convertirse este verano en un peligro para la fábrica Aludium, la EUIPO y el barrio de San Gabriel, en caso de incendio forestal o riada. En principio, el acuerdo establece que los ayuntamientos podrán limpiar los cauces seleccionados y la CHJ se encargará de su conservación posterior.

Rubén Alfaro, alcalde de Elda y presidente de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias, calificó ayer el acuerdo como «un primer paso muy importante para desbloquear una situación que era insostenible. Está claro que la Confederación del Júcar tiene cada año menos presupuesto para la limpieza de los barrancos pero lo que tampoco era admisible que ella, como titular de los permisos, no resolviera los expedientes y pusiera trabas a las iniciativas de terceros como es el caso de los ayuntamientos. Se van a crear una serie de mesas técnicas para crear un método de trabajo y el apoyo económico de las diputaciones. Sólo la de Valencia se gastó, por ejemplo, 18 millones de euros el año pasado», subrayó Alfaro.

Alfaro reiteró que «lo que resulta clave es que la Confederación acabe con las trabas burocráticas y, por supuesto, la limpieza debe hacerse preservando todo lo que haya que preservar», subrayó Alfaro.

La Confederación Hidrográfica del Júcar está ahora mismo en el ojo del huracán por haber excluido al barranco de Agua Amarga del plan para limpiar cauces fluviales de cara a mantenerlos limpios en prevención incendios forestales, o de la temida gota fría que amenaza todos los otoños a la provincia de Alicante y tiene ese barranco, junto a la oficina de protección de marcas, Euipo, y Aludium, como uno de los «polvorines» en el caso de que se produzca una riada. Algo ya histórico y que bien recuerdan los vecinos de la zona desde la cruenta avenida de 1982 que asoló San Gabriel.

La CHJ había vuelto a dejar fuera este año la limpieza del cauce, de la que es responsable, haciendo oídos sordos a las reclamación del propio Ayuntamiento de Alicante y el comité de empresa de Aludium, que a mediados de junio presentaron un escrito en la sede de la CHJ en Alicante exigiendo una limpieza urgente del cauce del barranco de Agua Amarga, al que la falta de limpieza ha vuelto convertir en una selva y hoy, en plena sequía, es también una zona sensible en caso de originarse un incendio forestal. Las cañas, los matojos y la suciedad acumulada en el barranco de Agua Amarga invaden toda la zona.

La demarcación hidrográfica del Júcar abarca unos 50.000 km2. El objetivo de las actuaciones compatibilizar la garantía de la capacidad de desagüe de los cauces y mejorar su comportamiento en caso de avenidas. Los trabajos consisten, fundamentalmente, en desbroces selectivos con eliminación de vegetación alóctona y retirada de las especies invasoras.

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