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Basura, vómitos y peleas en pleno centro de Alicante

Vecinos de una calle junto a la estación de AVE alertan de la degradación de un edificio «okupado»

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Edificio okupa en Alicante

Hasta el gorro de los «okupas» que viven en un edifico abandonado en el número cuatro de la calle Rigoberto Ferrer de Alicante. Así se encuentran los residentes de esta céntrica calle de Alicante, paralela a la avenida de Aguilera, muy cerca de la estación del AVE, por la impunidad de la que gozan un grupo de unas veinte personas que hace un año se instalaron en un viejo edificio de cuatro plantas de la calle, sin luz ni agua, donde viven rodeados de basura y provocando continuos altercados en la calle.

El último hace una semana, cuando una bolsa de basura lanzada desde un ventana cayó encima de una señora que caminaba por la calle, según denunció ayer Francisco Escribano, uno de los vecinos. «Nos sentimos impotentes dado que la Policía Local dice que no puede actuar, ni siquiera entrar en el inmueble para llamarles la atención. Al final pasará algo y entonces todos nos lamentaremos», señaló ayer Escribano.

Justo ayer, sin embargo, apareció una dotación de agentes que subió a los pisos y procedió a identificar a los inquilinos del mugriento edificio. Pero, de momento, no se puede hacer nada porque, al no existir denuncia de los dueños del inmueble la Policía Local no puede actuar, según apuntó ayer Fernando Marcos, concejal de Seguridad. No obstante, el concejal informó que ayer mismo hubo una inspección del departamento municipal de Sanidad que visitó el edificio y va a realizar un informe.

A partir de ahí, el Juzgado puede actuar de oficio si se considera que la situación entraña riesgo sanitario, como si parece a primera vista por las imágenes y los testimonios de los vecinos que sufren una «okupación» que, de momento, paradójicamente no es ilegal porque los propietarios, a los que ayer localizó el Ayuntamiento, no han denunciado.

La historia del viejo inmueble, hoy abandonado se remonta a los buenos tiempos del «boom» del ladrillo. Una promotora lo compró con la intención de construir viviendas. Pero llegó la crisis, el edificio acabó embargado y se ha ido deteriorando, sobre todo desde hace un año cuando empezó a convertirse a morada de personas sin techo que, además, son conflictivos, según denuncian los vecinos. «Aparte del ruido, no limpian, vomitan, hacen sus necesidades en el interior y en la calle, tiran la basura y las peleas entre ellos son continuas. Viven unas veinte personas en los cuatro pisos ocupados y la situación es insoportable, con un hedor por toda la calle que hace que no podamos abrir ni las ventanas». Y todo a cuatro pasos del centro comercial de Alicante, ciudad que apuesta por el turismo.

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