El presidente de la Autoridad Portuaria de Alicante, Juan Antonio Gisbert, tiene previsto llevar mañana para su aprobación en el consejo de administración la propuesta de una empresa de Elche para transformar el antiguo edificio de Sanidad del Puerto en un outlet de calzado de marca durante los próximos 20 años a razón de 40.000 euros al año. La firma, de prestigio internacional, aprovecharía la infraestructura del edificio, de más de 400 m2 de superficie, y le añadiría una cafetería. La decisión llega tras el fiasco que supuso a finales del pasado mes de mayo que el concurso para su explotación hostelera quedara desierto, y por el objetivo del Puerto de sacar la máxima rentabilidad a la infraestructura portuaria.
El planteamiento empresarial es inteligente, ya que el edificio está ubicado en una zona de mucho paso, junto al centro Panoramis, frente al Club de Regatas de Alicante, y a menos de dos kilómetros del punto donde los cruceristas que llegan a Alicante inician su visita a la ciudad.
La iniciativa ha desatado, sin embargo, rechazo en una parte del consejo de administración, ya que hay consejeros que no comparten el paso adelante que quieren dar los gestores de los muelles. En concreto, Carlos Bonet, consejero por UGT, trata de aplazar la operación y busca, para ello, el respaldo de la Diputación. «Me parece complemente lícito que el Puerto haga los movimientos que crea oportunos para sacar rentabilidad al edificio, pero no comparto que sea a cuenta de colocar una tienda de zapatos. Yo voy a votar en contra, el presidente lo sabe y mi propuesta pasa por destinar el edificio a acoger un museo de la ciudad. He contactado con el Marq y hay fondos de sobra en sus almacenes para equipar el museo. La Administración debiera moverse», subrayó ayer Bonet.
La Autoridad Portuaria de Alicante dejó desierto a final de mayo el concurso público convocado en febrero para rehabilitar el antiguo edificio de Sanidad para su uso hostelero. Cerrado desde hace unos años corre un alto riego de deterioro. El inmueble data de principios del siglo XX y ocupa una parcela que con el desarrollo urbanístico que sufrió la dársena de poniente con la construcción del complejo Panoramis se ha quedado también en un lugar de difícil acceso al estar en una rotonda.
Nadie pujó por él, ya que también es complicado debido a su grado de protección. Únicamente se permiten obras de restauración y conservación cuyo objetivo sea el mantenimiento o el refuerzo de los elementos estructurales y la mejora general del inmueble o elemento. Aún así, se permite la reposición o reconstrucción, bajo el criterio de mantenimiento de materiales y calidades, y las obras excepcionales de redistribución siempre que no se desvirtuen las características estructurales del edificio, según recuerda el colectivo Alicante Vivo.
Hasta su cierre, el edificio tuvo dos funciones. En un principio se utilizaba como centro de vacunación internacional. En los últimos años sirvió también para la Policía de Aduanas destruyera en su interior los alijos de droga incautados.
