Sin ningún tipo de control. Vecinos de algunas partidas rurales de Alicante han denunciado el aumento de los vertidos incontrolados de escombros en los últimos meses. «Los tiran en cualquier sitio, pero especialmente en las ramblas de agua. Y cuando éstas se llenan, pasan con un camión por encima para aplanar la zona y continuar así vertiendo», señala María Dorotea Pastor, presidenta de la asociación de vecinos Santiago Apóstol de la Cañada de Fenollar. Una situación que «hemos trasladado ya al ayuntamiento en alguna reunión para que traten de buscar una solución, pero por el momento todo sigue igual». La responsable de esta entidad vecinal alerta del peligro que puede suponer este acúmulo de basura, en caso de que se produzcan lluvias, «porque todas las ramblas están sucias y llenas de escombros». Residentes en el Moralet también han alertado de este creciente problema. «Las zonas rurales son el primer sitio al que acuden quienes hacen pequeñas obras y no quieren alquilar un contenedor para tirar los escombros», señala Carlos Herrerías, vicepresidente de la Comisión de Fiestas del Moralet. No sólo tiran los escombros en las ramblas de agua y en medio del campo, «también es muy frecuente en los últimos meses ver un contenedor de basura rodeado de sacos de obra».
Un problema que también comparten otras zonas, como la Albufereta. «Estamos hartos de ver contenedores con restos de obras y enseres domésticos alrededor», señala Enilde Clerici, de la asociación de vecinos Serra Grossa, quien asegura que se cansan de poner carteles en los edificios alertando de la prohibición de este tipo de actividades, «pero a las pocas horas ya los han quitado».
Para algunos vecinos consultados por este periódico el aumento de escombros está directamente relacionado con el reciente cambio en la ordenanza del Ayuntamiento que regula el alquiler de contenedores de obra e incrementa el control sobre esta actividad, lo que a su juicio está desanimando a quienes hacen pequeñas obras.
Un extremo que confirman desde algunas empresas que se encargan del alquiler de estos contenedores. «El negocio ha bajado hasta un 50%. La gente nos dice que prefieren coger una furgoneta y deshacerse ellos de los escombros», explicaban días atrás desde una empresa de alquiler de contenedores de Alicante. El problema, según otra de las mercantiles del sector, es la cantidad de papeles que se exigen y el tiempo que tardan ahora en conceder la autorización. «Antes quien se encargaba de la obra era el que pedía el contenedor. Ahora debemos hacerlo las empresas y tenemos que adjuntar fotos de la calle, el espacio exacto que vamos a ocupar... además, tardan 6 días en contestarte, lo que echa para atrás a mucha gente que va a hacer una obra menor».
Desde el Ayuntamiento, el concejal de Seguridad, Fernando Marcos, defiende el cambio en la ordenanza de ocupación de vía pública. «Antes muchos contenedores se instalaban sin ningún tipo de control en la ciudad. Nosotros hemos querido ordenar la situación, primero para tener un control de la ocupación de la vía pública y segundo para saber exactamente qué se hace con los residuos que se depositan en estos contenedores». Arrojar escombros sin control puede acarrear multas de hasta 3.000 euros.
