La exdirigente socialista Carmen Sánchez Brufal, cuya denuncia por la adjudicación de las obras de las plaza de Magallanes llevó al banquillo al exvicealcalde Andrés Llorens, aseguró ayer sentirse contenta porque se reconozca que hubo anomalías en la contrata de estos trabajos. A preguntas de este diario, la ya también exmilitante del PSOE (se dio de baja hace unas semanas, al día siguiente de finalizar este juicio) anunció que no recurrirá el fallo «porque entiendo que mi obligación acaba aquí, en demostrar que hubo irregularidades. Yo hice lo que tenía que hacer, que era llevar el asunto ante la Justicia».

Sánchez Brufal, quien al final ha soportado en solitario el peso de la acusación particular, lo que la llevó a cargar contra sus hasta hace poco compañeros de partido por su falta de respaldo en este asunto, quiso dejar claro que respeta la decisión de los magistrados de exonerar a Llorens de toda responsabilidad penal aunque aseguró no entender «que se corrobore que se cometieron irregularidades y que eso no tenga consecuencias».