En plena temporada turística, la bandera española de la plaza del Mar ondea hecha jirones, con la tela estropeada a consecuencia de las inclemencias meteorológicas, en su mástil de la plaza del Mar. La última vez que se cambió la enseña, que cada seis meses se tiene que renovar ya que el sol y el viento la destrozan, fue en octubre, cuando un grupo de ciudadanos, seis ellos alicantinos y uno francés, costearon la tela para que presidiera en todo su esplendor los actos del Nou d'Octubre y de la Hispanidad. La bandera, de cinco metros de ancho por siete y medio de largo, fue adquirida en un establecimiento de La Florida, «y es de buena calidad», según explicaron en su momento.

Poco más estará la enseña nacional en estas condiciones puesto que sus mecenas alicantinos ya han encargado una nueva. Uno de ellos, Felipe Fuster, confirmó ayer que han encargado una nueva tela y que la próxima semana se arriará la actual y se izará otra en perfecto estado.

La enseña que ondea sobre el Monumento al Soldado en pleno escaparate litoral se vio envuelta en la polémica hace cuatro años cuando la Concejalía de Atención Urbana decidió arriarla para ahorrar puesto que la tenía que cambiar cuatro veces al año por el desgaste que sufre por el viento, y cada vez costaba 600 euros. Finalmente, y después de que un alicantino se ofreciera a pagarla, el Mando de Operaciones Especiales de Rabasa, la delegación del Ministerio de Defensa en Alicante, la Subdelegación del Gobierno y el Ayuntamiento decidieron asumir los 2.400 euros que cuesta mantener izada de forma permanente la bandera española en la Plaza del Mar. El pasado año rompieron ese convenio. Al tener conocimiento, un grupo de amigos decidió costear su reposición cada vez que se estropee hasta que las administraciones tengan de nuevo, dijeron, dinero para pagarla.