Acaba de dejar su firma en Alicante, donde ha decorado la fachada del edificio de consultas externas de la Clínica Vistahermosa. ¿Qué ha querido representar en esta obra?
Me dieron libertad creativa, así que es una muestra de la línea que estoy siguiendo en el último año, eso sí, con guiños a la sanidad como el corazón y el estetoscopio.
¿Se valora el arte del grafiti en España?
En general se valora muy poco el arte en este país. Pero las nuevas tecnologías sí han ayudado a democratizarlo. Ahora es más fácil darnos a conocer, aunque es un mundo muy complejo para salir adelante. Tenemos muchos problemas y aunque tengas muchas ambiciones artísticas, para desenvolverte, tienes que tener nociones empresariales. Es muy complicado que te contraten más allá de hacer las ilustraciones para una editorial. Las galerías no te contratan si no tienes una trayectoria y si no te contratan no puedes tener trayectoria. Aunque debo decir que el grafiti te curte bastante. La dificultad de pintar en la calle te da experiencia en cómo desenvolverte.
¿Siempre se ha dedicado al mundo del grafiti?
Estudié informática y llegué a montar una empresa. Y te puedo decir que el mundo empresarial es más fácil: Tienes tu nómina, te contratan, llegas a casa y desconectas y a fin de mes cobras. Pero la incertidumbre de dedicarte al arte es complicada, nunca sabes si podrás pagar tus facturas.
¿Sigue pesando mucho la mala imagen que a veces rodea el mundo del grafiti?
Sí, es un hándicap. Porque tu herramienta es un bote de spray te criminalizan y te meten en el mismo saco de los pintarrajos. Al final, es criminalizar una herramienta. Yo he pintado en la calle, pero siempre con el sentido común de que que con mi arte trato de embellecer los lugares, sea legal o no... para qué voy a pintar en un portal, eso no tiene sentido, no causa beneficio a nadie.
¿Qué opina de los que se dedican a estampar su firma por toda la ciudad?
Hay una edad para todo. También es difícil, porque el sistema no te permite expresarte. Hay municipios que sí tienen áreas para pintar, pero por regla general no las hay. La ciudad está para que la gente la use y no se hace un daño tan grande si, por ejemplo, pintas en un muro de contención en el lateral de un descampado y hay gente a la que han multado sólo por eso. Hay personas a las que les gusta escalar y les ponen un rocódromo y eso no se hace con el grafiti, no se ponen muros para que se pinten. Se entiende como una molestia y no como un deporte o un arte. Sólo cuando te reconocen, pasas de que te multen a que te paguen. Es artificial.
¿Para qué se suele contratar a un grafitero? ¿Qué decoran?
Hay un código con el que no comulgo para nada y que es como una mafia de que si pintas tú no pintarán otros. Cuando me dan un trabajo con este argumento les digo que se busquen a otro. Si yo hago una decoración es porque aporto una estética y favorezco el negocio.
