Un patinador ha salvado la vida gracias a la rápida actuación de un operario de la plantilla de la limpieza del Puerto de Alicante que, ante la grave hemorragia que presentaba el accidentado, decidió taponarle la herida con pañuelos de papel e introducirlo en el carromato de la basura con el que lo trasladó, a toda velocidad, hasta el punto del Samu más próximo.

Enrique Vives, de 29 años, estaba realizando por la tarde sus habituales tareas de limpieza viaria en las inmediaciones del acceso a la zona de pescadores, junto al parque de San Gabriel, cuando un hombre de unos 36 años, que paseaba en patines, perdió el equilibrio y se golpeó la cabeza contra el registro metálico de una farola. A consecuencia del impacto sufrió una brecha de unos siete centímetros entre la frente y el cráneo de la que emanaba abundante sangre. «Enseguida me di cuenta de la mala pinta que tenía la herida y pensé que en lugar de llamar a una ambulancia lo más rápido sería llevarlo yo mismo, en el carromato, hasta el puesto del Samu de la Autoridad Portuaria», ha explicado el trabajador a este diario.

Así que, sin perder más tiempo le taponó la herida, lo introdujo rápidamente en el vehículo -que solo tiene dos plazas y no supera los 70 kilómetros por hora- y mientras tranquilizaba al herido apretó a fondo el acelerador cubriendo, en menos de cinco minutos, una distancia próxima a los dos kilómetros a través de la avenida de Elche, Casa Mediterráneo, Panoramis y Autoridad Portuaria.

«La verdad es que sentí un gran alivio por dentro cuando llegamos al puesto del Samu y lo atendieron los médicos. Me quedé ya tranquilo y él me dio las gracias, me dio la mano y me abrazó. Ni siquiera se cómo se llama pero actué así porque, en su situación, también me hubiera gustado que hubieran hecho lo mismo conmigo», se ha sincerado Enrique Vives quitándole importancia a su humanitaria acción.