La crisis que sacudió el sector de la construcción en la provincia ha provocado que este año, en el que promotores y arquitectos han certificado el comienzo de la recuperación del sector, las viviendas nuevas se ofrezcan, de media, un 40% más baratas que en 2008, cuando se inició el derrumbe de sector. Según datos de la tasadora Tinsa, líder del sector, el precio medio del metro cuadrado oscila entre los 1.500 euros de Xábia y los 1.042 euros de la ciudad Alicante, dentro de grupo de municipios donde siempre ha habido más actividad. Además, la recesión ha acabado con las grandes promotoras de fuera de la provincia y, ahora mismo, casi todas las promociones las realizan empresarios locales con recursos propios, o en edificios adjudicados de entidades con financiación o los denominados autopromotores, estos para viviendas unifamiliares.
Como ejemplo, el del grupo torrevejense TM, líder en estos momentos en la promoción de segundas residencias enfocadas tanto al mercado nacional como extranjero, y que el próximo año debutará en Alicante al haberse quedado con la parcela del Sidi en primera línea de la playa de San Juan. La madrileña Espacio es la excepción, pero desde hace años cuenta con una gran infraestructura en Alicante. Muchas de las que fueron punteras han desaparecido o cerrado sus delegaciones en Alicante.
Los municipios alicantinos que antes han salido del atasco han sido Orihuela, Torrevieja y Santa Pola, que ya han registrado alzas de precios interanuales entre 2015 y el presente 2016, en el que prácticamente la actividad comienza a ser una realidad en toda la provincia, aunque sigue siendo más activa la costa que el interior. En cuanto a las localidades que peor lo pasaron, la explosión de la burbuja afectó a todos, pero fue grave el derrumbe en Alicante (buena parte de las promociones hoy en marcha se habían quedado paradas), Calp, Altea, Xábia y Elche, que es el municipio donde más cayeron (50%) los precios durante un bajón en el que la actividad llegó a estar prácticamente paralizada en 2012.
Hoy el sector de la construcción comienza a salir del letargo pero lentamente, y nadie cree que se puedan volver a registrar los niveles de actividad de los años del «boom», cuando llegaron a iniciarse más de 40.000 viviendas al año en la provincia. Lo arquitectos sostienen que la media ideal y sostenible sería en torno a las 15.000 casas nuevas, postura que no comparten los promotores.
El 50% de la demanda es extranjera, de ahí el temor a los efectos que pueda tener la salida del Reino Unido de la Unión Europea. El «Brexit» ha comenzado a tener su primeras consecuencias en forma de desinversiones y la situación no sólo tiene muy preocupados a los cerca de 90.000 británicos con una vivienda en la Costa Blanca, sino al propio Consulado en Alicante. Los tasadores han detectado también que los compradores son más exigentes y, por ejemplo, en la zona de Arenales del Sol (Elche) reclaman viviendas de 3 dormitorios, salones amplios y piscina climatizada.
Durante el primer trimestre del año se visaron proyectos para construir 1.850 viviendas, cifra que superó a todo lo que se visó en 2012, el peor año de la crisis, y que supone un incremento del 50% respecto a los datos del primer trimestre de 2015, el año en el que los profesionales observaron ya los primeros signos de recuperación. Se vuelve a construir primera residencia, han aumentado significativamente los proyectos relacionados con el sector terciario (locales comerciales), y los arquitectos calculan que a final de año se superarán los visados para 7.400 viviendas, en una progresión que se acerca ya más a la cifra ideal de 15.000 viviendas iniciadas al año en la provincia, y no a los picos como las 46.000 visadas en 2006, el año «top» del boom del ladrillo que, sin embargo, traería después trágicas consecuencias.
