Alba Mateo, peluquera de Elche, sufrió abusos sexuales por parte de su padre desde los 9 a los 15 años. Esos abusos consistieron en tocamientos cada vez más frecuentes y acabaron en dos violaciones. Mateo también fue testigo de los malos tratos que su padre profesó a su madre. Hoy, con 34 años, asegura que ya se siente bien porque cuando cumplió 20 años se lo contó a su novio y comenzó a acudir a una clínica psicológica. Hasta ese tiempo mantuvo oculta su situación por vergüenza y miedo. Su psicóloga le derivó a una psiquiatra para su tratamiento. Hoy aún sufre secuelas de lo ocurrido, tiene múltiples pesadillas y necesita medicación para controlar la tendencia a la depresión que sufre como consecuencia de la violencia sufrida.