El niño José Andrés García Hita, vinculado como toda su familia a la filà Nómadas, marcó ayer un pequeño hito en la historia de los Moros y Cristianos de San Blas, al ser el protagonista de la primera comunión festera que se vive en el barrio en 40 años. El pequeño tomó por primera vez este sacramento en la tarde de ayer, durante la misa celebrada en la parroquia, ataviado con el traje de festero y entre el júbilo de sus familiares, que también iban vestidos con la indumentaria festera.

Es habitual que coincidiendo con los Moros y Cristianos se realicen bautizos y también algunas bodas, pero con las comuniones no ocurre lo mismo al no coincidir las fechas. Sin embargo, en este caso la familia llegó a un acuerdo con el párroco para poder hacer la celebración en julio, según explicó el presidente de los Moros y Cristianos de San Blas, Virgilio Pérez, quien también destacó la «simbología» de un acto como éste. Durante la ceremonia, el párroco destacó igualmente que se trataba de «una ocasión especial», e invitó a José Andrés a «dar las gracias a Jesús» porque «te va a hacer el regalo de poder habitar en tu corazón siempre que quieras».

Al término de la misa, la tía del niño, Marisu García, manifestaba orgullosa su felicidad por ser testigo de un acontecimiento tan señalado para las Fiestas de San Blas. Numerosos vecinos arroparon a la familia para vivir esta jornada única en 40 años.