Cincuenta años se cumplen este año desde que el padre de José Manuel Díaz, propietario de Cruceros Kontiki, cubriera su primera ruta Alicante-Tabarca llevando a turistas y alicantinos a la isla allá por 1966. Fue el pionero y, cincuenta años después, la familia sigue regentando un negocio que mueve 20.000 pasajeros al año en una de las excursiones típicas en la oferta turística de la ciudad. Para celebrarlo, José Manuel acaba de recibir el Kontiki V, un moderno catamarán con capacidad para transportar 150 pasajeros construido en unos astilleros de la localidad almeriense de Garrucha, que espera ahora recibir el permiso de atraque en Alicante ara comenzar las operaciones para amortizar una inversión de cerca de 700.000 euros.
El Kontiki V es el cuarto barco de la empresa (se le ha puesto el número cinco aunque la primera embarcación ya se jubiló), y su objetivo es mejorar el servicio que prestan los otros tres barcos, dos catamaranes y un monocasco. «Hemos incorporado el barco por celebrar de alguna manera que cumplimos este año los 50 años. Ahora sólo falta que nos den el permiso», subraya José Manuel.
El barco es blanco, pero poco a poco irá tomando el color rojiblanco característico de los populares «kontikis» que forman parte, desde la segunda mitad de la década de los 60, de la postal de la fachada marítima de Alicante, hoy junto a la cafetería Noray, uno de los iconos de la arquitectura alicantina de vanguardia.
La empresa diversificó hace unos años su oferta con la incorporación de expediciones marítimas para celebrar fiestas, pero tras retirarles el permiso se han volcado ahora en lo que son pioneros, las excursiones Alicante-Tabarca.
Kon-tiki, fue el nombre de la balsa utilizada por el explorador noruego Thor Heyerdahl en su expedición de 1947 por el océano Pacífico desde Sudamérica hasta la Polinesia. El nombre de la embarcación se debía al dios solar de los incas, Viracocha, de quien se decía que antiguamente había llevado el nombre de «Kon-Tiki». Heyerdahl sostenía que pobladores procedentes de Sudamérica podrían haber llegado hasta la Polinesia ya en tiempos precolombinos. El propósito de Heyerdahl era demostrar la posibilidad de que el poblamiento de la Polinesia se hubiese llevado a cabo por vía marítima, desde América del Sur, en balsas idénticas a la usada durante la expedición y movidas únicamente por las mareas, las corrientes y la fuerza del viento, que es casi constante, en dirección este-oeste, a lo largo del Ecuador. No obstante, la expedición dispuso de ciertos elementos como una radio, relojes, mapas, sextantes y cuchillos, aunque los mismos no fueron relevantes a la hora de probar que una balsa como la utilizada podía realizar la travesía.
Hoy, los «kontikis» alicantinos incorporan todo tipo de avances tecnológicos para la navegación.
