El conseller de Economía, Rafael Climent, instó ayer al alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, a alcanzar en el plazo aproximado de dos o tres meses un acuerdo con los comerciantes sobre los horarios de apertura, antes de que se haga efectivo el cierre de los establecimientos de la avenida Maisonnave en domingo. El dirigente señaló que ése es el plazo aproximado de duración del proceso para anular la actual zona con libertad horaria, y que, si para entonces hay consenso entre todas las partes, podría aprobarse de nuevo la apertura de los comercios los domingos, esta vez siguiendo a rajatable todos los trámites marcados por la ley.

Climent insistió en que la anulación de la libertad horaria comercial responde a un informe de la Abogacía de la Generalitat, que alude a un defecto de forma en la tramitación de la Zona de Gran Afluencia Turística (ZGAT) actualmente vigente por no haber dado en su momento audiencia a El Corte Inglés. El conseller hizo hincapié en que «no hemos aprobado el cierre de nada», sino que se está «siguiendo un informe de Abogacía y atendiendo a la legislación vigente». Insistió en el que el proceso durará un tiempo -se requiere, entre otros pasos, un informe del Consell Jurídic Consultiu- y que mientras tanto el Ayuntamiento puede «llegar desde la negociación a un acuerdo con todos los comerciantes» y elevarlo a la Conselleria. También aseguró que «lo más pronto posible» se convocará el Observatorio de Comercio para «explicar todo esto e intentar comenzar a negociar».

Sin embargo, por el momento la medida no causa otra cosa que indignación en el Ayuntamiento de Alicante. El alcalde, Gabriel Echávarri, que además es concejal de Comercio, anunció que solicitará «los informes económicos y de impacto sobre el empleo» en los que se ha basado la Conselleria para suprimir la ZGAT, «para poder adoptar una postura fundamentada». En los próximos días se analizará toda la documentación, «así como el expediente que ha dado lugar al decreto», el cual, añadió, se recibió por correo electrónico hacia las tres de la tarde del viernes. Echávarri apuntó que «El Corte Inglés ya superaba las 150 contrataciones para los festivos, y espero que el conseller haya previsto cómo paliar dicha situación». Desde la oposición, el portavoz municipal del PP, Luis Barcala, pidió la destitución «fulminante» de Climent por ir «contra el empleo, el comercio, la hostelería y el turismo de Alicante», y el de Ciudadanos, José Luis Cifuentes, criticó la «irresponsabilidad» de la decisión.

Los comerciantes también rechazaron de plano la medida de la Conselleria. El director de El Corte Inglés en Alicante, José Antonio Maseda, la calificó de «atropello» y consideró que es «un paso atrás» que «va en perjuicio de la ciudad», porque se han hecho contratos gracias a la apertura en domingo. No obstante, a la vez matizó que conviene «esperar» a ver qué ocurre finalmente, puesto que el propio conseller «habló de consenso».

El presidente de la asociación de comerciantes Corazón de Alicante, Vicente Armengol, criticó que «no se puede estar abriendo y cerrando todo el rato», y menos «sin previo aviso», a la vez que consideró que «no favorece nada a la ciudad». Por su parte, el presidente del Colectivo de Comerciantes por Alicante, Domingo Martínez, afirmó que todo este vaivén ofrece una «imagen de informalidad y poca seriedad», y pidió que «todas las partes sepamos qué se piensa hacer».