Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Británicos en la provincia: «Es una tragedia»

Las consecuencias de una decisión radical: pérdida de poder adquisitivo y menos oportunidades para estudiar

Rabia y resignación entre los británicos más partidarios de una Europa compartida. Dos ingleses residentes en Alicante cuentan cómo han vivido una decisión de su país que coloca una enorme interrogación sobre su futuro.

«Me siento como si me hubiesen destrozado el coche, robado en mi casa o matado a mi perro. Como si hubieran roto algo muy importante para mí», cuenta por teléfono Simon White, inglés y trabajador de una organización con sede en Alicante desde hace seis años.

El Brexit ha impactado en el centro de sus ideales políticos. Criado en una familia «que no tenía mucho dinero», supo lo que significaba la UE cuando logró dos becas para estudiar en Bélgica ingeniería informática. «No he sido neutral en la campaña. Estuve el jueves en la calle informando a la gente de lo que supondría votar "sí" a salir» cuenta el informático. «Hablé con unas mil personas. Muchos no sabían qué hacer, no tenían muy claras sus razones. Ha habido muchas mentiras por parte de los defensores del sí y creo que sólo querían asustar. Y al final es como si hubiésemos hecho daño a todo el mundo por un debate que no entendemos», lamenta White. No le preocupa tanto tener que volver a casa en un hipotético cierre de fronteras como la posibilidad de que sus hijos no puedan disfrutar de las mismas becas que le hicieron a él creer en el proyecto europeo.

Para Kevin O'Shea, profesor londinense de 64 años y también vecino de Alicante, el Brexit ha significado,de entrada, «perder el 40% del valor de mi jubilación» al desplomarse la libra «de 1,42 a 1,15 euros». Culpa sobre todo a los laboristas por no haberse movido «para defender el no» en una campaña que cree también «llena de mentiras» y que ha quedado manchada por la «carta del racismo» que han jugado los partidarios del sí.

Casado con una alicantina, no pudo votar como muchos otros ingleses afincados en España porque el referéndum estaba vetado a quienes llevasen más de 15 años fuera del país. «Lo que ha pasado es una verdadera tragedia», asegura el profesor londinense.

Compartir el artículo

stats