El alcalde, Gabriel Echávarri, exigió ayer a los dos ediles tránsfugas, Nerea Belmonte y Fernando Sepulcre, que dejen sus actas para evitar que «el desarrollo estratégico y futuro de la ciudad no dependa del capricho de dos personas que se representan a sí mismas». En opinión del alcalde, una ciudad como Alicante «con 350.000 habitantes y un potencial tremendo» no puede estar «al capricho matutino y cotidiano» de dos personas que, incidió, «no representan a nadie».
Con base en ello, ha pedido tanto a Belmonte (expulsada de Guanyar) como a Sepulcre (exedil de Ciudadanos) que dejen sus respectivas actas de concejal. Echávarri espera que cuando haya que aprobar los presupuestos de 2017 «se hayan ido los dos».
El primer edil responde así a las advertencias del portavoz del PP, Luis Barcala, que en un comunicado enviado ayer recordaba al tripartito que no podrá sacar adelante sus próximos presupuestos municipales si no los negocia con la oposición, dado que el equipo de gobierno no cuenta con la mayoría necesaria para sacarlos adelante en solitario la perdió con la expulsión de Belmonte.
Para Echávarri, la negociación de los presupuestos municipales con el PP no es la solución. El alcalde consideró que en Alicante hay «una mayoría de izquierdas desvirtuada por la edil tránsfuga de Podemos». Destaca, además, que el tripartito tiene «unas políticas sociales, de igualdad y de libre concurrencia que el PP no comparte». Con todo, Echávarri invita a los populares a «sumarse a la política de transparencia».
Sobre los tránsfugas agregó que «la nueva política, que venía a regenerar todo, tiene los peores vicios otros partidos hace tiempo que hemos pasado y enterrado» y les acusó de estar «agarrados a un sillón representándose a sí mismos».
