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La falta de lluvias de la primavera certifica la sequía más grave en Alicante desde 1950

Las precipitaciones han caído a la mitad desde el comienzo del año hidrológico en octubre

La falta de lluvias de la primavera certifica la sequía más grave en Alicante desde 1950

Suma y sigue. La falta de precipitaciones que sufre Alicante desde el inicio del actual año hidrológico (octubre 2015/septiembre 2016), y que se agudizó la pasada primavera, en la que llovió la mitad de lo normal, ha provocado ya que la provincia sufra desde 2014 el ciclo más seco desde 1950, hace 66 años, según el balance hecho público ayer por la Agencia Estatal de Meteorología. Todos los meses, salvo noviembre (tormentas del día 2), han registrado lluvias acumuladas por debajo de la media normal. En diciembre y enero apenas llovió una sola gota de agua, con lo cual el déficit hídrico supera ya el 50%, diez puntos por encima que el medio en la Comunidad. Otros años hidrológicos muy secos fueron los de 1954-1955 y 1994-1995. Paradójicamente, porcentualmente la precipitación ha sido menor en la Marina Alta, la comarca más lluviosa de la provincia.

La Comunidad Valenciana acaba de despedir un trimestre que ha sido pluviométricamente normal, y ligeramente más frío que el del promedio del periodo de 30 años 1981-2010, salvo en la provincia de Alicante, donde una vez más los registros de lluvia fueron, de media, un 50% más bajos de los considerados normales por Meteorología para la estación más húmeda del año.

La temperatura media del trimestre fue 13.5º, que es una décima inferior a la del promedio normal (13.6º) y la precipitación fue de 114.8 l/m2, un 12% inferior al promedio normal del trimestre (130.9 l/m2), según el balance de la Agencia Estatal de Meteorología.

Se llegaron a acumular más de 200 l/m2 en localidades del interior norte de Valencia y del interior norte de Castellón (213.5 l/m2 en Fredes, 204.3 l/m2 en Aras de los Olmos y 202.3 l/m2 en Higueruelas), mientras que en el litoral sur de Alicante, las cantidades acumuladas no alcanzan los 50 l/m2 (35.9 l/m2 en Torrevieja, 37.6 l/m2 en Alicante, 43.8 l/m2 en San Vicente del Raspeig y 45.4 l/m2 en el aeropuerto de Alicante-Elche).

Los tres meses de primavera tuvieron en general en la Comunidad un carácter pluviométrico próximo al promedio climático normal salvo, de nuevo, en la provincia de Alicante, (aunque ligeramente por debajo de la media), y no son suficientes para reducir el déficit acumulado durante el invierno más caluroso que se recuerda y la segunda mitad del otoño. Como ejemplo de la escasa pluviometría, los registros de Dénia, donde se recogieron 73 litros por los 170 litros normales; Alicante, con 37,6 litros, por los 79,5 idóneos o Torrevieja, que se quedó en 36 litros, cuando no normal hubieran sido 72 litros. Por el lado positivo, Elche, donde se recogieron 75 litros en primavera, dos litros más; Crevillent (81) y Villena, donde los pluviómetros registraron 102 litros por metro cuadrado, un 7% más que lo normal.

«Esta situación se ha debido sobre todo a un invierno muy seco, ya que tras las precipitaciones de noviembre prácticamente en diciembre enero y febrero no llovió, y aunque a partir de marzo se fueron recuperando las precipitaciones no se llegaron a alcanzar los valores habituales para la época», subrayó ayer Jorge Tamayo, responsable de la Agencia Estatal de Meteorología en la Comunidad Valenciana.

Una situación muy preocupante de cara al verano después de un invierno y una primavera muy secas con unas temperaturas medias entre dos y tres grados por encima de la media en invierno, algo que no se recordaba desde 1982, hace 34 años, cuando se llegaron alcanzar los 29 grados de máxima en muchos puntos de la costa en enero. Una situación llegó a alterar en varias comarcas el ciclo vegetal de los cultivos como el almendro (en l'Alcoià con ejemplares en flor a finales de diciembre) y los nísperos en la Marina Baixa, en sus variedades más tempranas.

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