La Conselleria de Economía ha cambiado el nervio en su política de restricción a la libertad horaria al comercio, en defensa del pequeño tendero y la conciliación de los trabajadores, por un renovado espíritu de búsqueda de equilibrios que le lleva a contemplar todas las opciones.

Incluso la que ayer formalizó por registro de entrada la patronal de grandes superficies (Anged), en la que pide al conseller Climent que autorice la apertura de todo el comercio, excepcionalmente este próximo verano, durante todos los domingos y festivos. El sueño de la Comisión Nacional de la Competencia (CNMC): libertad total sin límites temporales o geográficos. La conselleria, que en otras ocasiones se ha mostrado claramente en contra de este tipo de propuestas, aseguró ayer que «se analizará tranquilamente», aunque resulta evidente que choca con su ideario.

Será por la voluntad de evitar más polémicas en plena campaña o porque no está nada claro cómo afrontar las aristas jurídicas que plantea el debate de los horarios. Pero lo cierto es que el conseller Rafa Climent ha tomado las riendas en la negociación con el comercio y ha rebajado el perfil hasta el punto de no saberse ni cuándo ni cómo volverá a restringirse la libertad horaria en Valencia, que hoy dispone de barra libre total para la apertura del comercio en festivos, para disgusto del ayuntamiento de Joan Ribó.

La propuesta que ha lanzado la patronal del gran comercio Anged bebe precisamente de la idea del conseller de crear un marco jurídico para todo la autonomía, en que la libertad horaria no se fije por áreas geográficas (ZGAT: Zonas de Gran Afluencia Turística) sino por épocas del año, como verano o Navidad.

El plan genera muchas dudas en el sector. Al pequeño comercio le parece excesivo, demasiados festivos de apertura; otros actores alegan que trasladaría un problema a zonas que ahora no están interesadas en abrir; y ciudades como Valencia quieren mantener su marco propio, con lo que se mantendría ese agravio entre operadores que generó una avalancha de recursos y que ha terminado por romper la baraja.

En todo caso, Anged le toma la palabra al conseller y le propone ahora «una prueba» en los meses de verano, para poder comprobar qué impacto genera la libertad horaria. La propuesta no ha tenido mucho apoyo, pese a que Anged ha buscado adhesiones: solo algunas asociaciones de consumidores, la Federación de Hostelería o los centros comerciales la han suscrito.