El miércoles 15 de junio de 1977 fue un día espléndido en Alicante. La temperatura máxima fue de 24,2º y la mínima de 12º.

Se celebraban en el país las primeras elecciones democráticas, después de 41 años, y los colegios e institutos públicos de enseñanza se habían convertido en colegios electorales.

Unos 139.000 alicantinos, mayores de 21 años, estaban llamados a las urnas. Y desde muy pronto muchos de ellos acudieron a ejercer su derecho. La mayoría llevaban los sobres con los votos preparados desde casa.

«A las 9 de la mañana ya estaban formadas las colas en las distintas secciones electorales de nuestra ciudad. Las primeras horas fueron las de mayor afluencia de público y, hasta dos horas de espera, soportaron estoicamente en algunos sectores para llegar a las urnas», informaría Pirula Arderius en INFORMACIÓN al día siguiente, quien aderezó la noticia con varias anécdotas, como la de aquel «soplón» que, en el Club Atlético Montemar, «soplaba» a sus vecinos que hacían cola cuál era el partido al que debían votar; o las señoras que en la zona centro preguntaban qué había que hacer para votar a Adolfo Suárez.

A las 6 de la tarde ya había votado el 99% del censo electoral en la mesa del Ayuntamiento, y en algunas otras hubo de prorrogarse el cierre para admitir los sobres de muchas personas que a las 8 seguían haciendo cola. Muchos componentes de las mesas electorales (cobraron mil pesetas cada uno) se quedaron sin comer por falta de tiempo.

«Vi mucha alegría y nada de miedo. Entonces los alicantinos se sentían orgullosos de lo que votaban», dice Pirula.

El diario INFORMACIÓN, que tenía previsto lanzar varias ediciones extraordinarias durante la madrugada siguiente, había cubierto la campaña electoral con un equipo de redactores. «Vidal Masanet y yo estuvimos en la calle», recuerda Pirula. «Aunque estaba acostumbrada a entrevistar a gente importante, políticos incluidos, hasta entonces no había tocado la política. Y fue una gran decepción. Las entrevistas me las preparaba muy bien, pero ellos iban a la suya, todos decían lo mismo y ninguno respondía a las preguntas. Recuerdo que Enrique Curiel (PCE) me preguntó: "¿No preguntas?". Le respondí: "No, tú habla, ya pondré luego las preguntas". También recuerdo que gente que antes ni siquiera me saludaba, durante la campaña me daba abrazos y besos, e intentaba comerme el coco».

El reportero gráfico Perfecto Arjones también formaba parte del equipo de campaña de INFORMACIÓN. Era consciente de la importante transformación política que se estaba produciendo, pero se pasó todo el día trabajando. «Y cuando trabajas detrás de la cámara te vuelves un autómata, porque te concentras solo en lo que estás haciendo con mirada objetiva. Las emociones son posteriores, cuando ves las fotos que has hecho», explica Cholas. «En la calle Quintana teníamos una oficina de seguimiento de las elecciones, donde había un ambiente estupendo».

El editorial de INFORMACIÓN del mismo día 15, titulado «El espíritu del 15 de junio», decía: «Hoy habla el pueblo». Una frase muy repetida durante las semanas anteriores en la mayoría de los medios de comunicación. Los españoles en verdad estábamos jubilosos por recuperar la democracia, y todavía hoy en día sentimos un rescoldo de emoción cuando oímos el estribillo de aquella canción del grupo Jarcha (editada el año anterior), que tan popular se hizo por aquellos días: «Libertad, libertad, sin ira libertad / guárdate tu miedo y tu ira / porque hay libertad, sin ira libertad / y si no la hay sin duda la habrá».

En la circunscripción electoral de Alicante se presentaron 15 candidaturas para el Congreso y 18 para el Senado.

El PSOE y el PCE cerraron in extremis el acuerdo de una candidatura conjunta para el Senado. En ella iban el socialista Andúgar y el independiente Josevicente Mateo. Oficialmente, el PSOE apoyaba también a Rafael Terol, de la Democracia Cristiana Valenciana, pero un grupo de militantes socialistas y comunistas organizaron una campaña particular en prensa, llamada «Tres senadores para la Democracia», respaldada entre otras personas por la viuda de Miguel Hernández, Josefina Manresa, que apoyaban a José Bevía, de Unidad Socialista-PSP, en vez de a Terol. Tuvieron éxito.

A pesar del esfuerzo que hicieron desde el PSOE para alcanzar la unidad entre los socialistas españoles, también el PSOE histórico de Rodolfo Llopis y el PSP de Tierno Galván presentaron candidaturas.

Por su parte, el Comité Central del PCE (partido legalizado el 17 de abril anterior), anunció que su cabeza de lista por Alicante sería una cunera: Pilar Brabo, un puesto para el que había sido postulado el periodista y escritor alicantino Enrique Cerdán Tato, quien acató la decisión con disciplina.

«Pilar vino a verme a mi despacho. Sabía de mi oposición a los cuneros. Le dije que creía que el candidato debía de haber sido Enrique», recuerda Joaquín Galant, abogado y candidato de la UCD.

Pilar Brabo fue presentada al público en el primer mitin que celebró el partido comunista alicantino, «en un garaje abandonado de la calle Pradilla; el único local que encontramos. Se llenó», recuerda José María Perea.

Fundada por el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, Unión de Centro Democrático era una coalición heterogénea, integrada por varios partidos que en Alicante estaban liderados por José Luis Barceló (liberal, del PDP de Ignacio Camuñas), Francisco Zaragoza (demócrata-liberal, del FPDL de Joaquín Garrigues), Joaquín Galant (demócrata-cristiano, del PDC de Álvarez de Miranda e Íñigo Cavero) y Luis Berenguer (socialdemócrata, del PSDE, de Fernández Ordóñez), si bien en este último fue el madrileño Luis Gamir quien asumió temporalmente el mando.

Joaquín Galant, del que ya sabemos que se oponía a los candidatos cuneros (no nacidos ni residentes en el distrito), había organizado en los primeros años de 1970 la Agrupación Abogados Jóvenes de Alicante, de la que fue secretario general y luego presidente (con el socialista García Miralles de vicepresidente). Nacido en Almoradí, tenía 41 años.

Fue Leopoldo Calvo Sotelo quien le telefoneó desde Madrid para anticiparle la candidatura al Congreso por Alicante. «Hablé con él desde el despacho de Luis Berenguer Sos. Estaba presente Rafael García Pertusa. Me dijo que no la encabezaría un cunero, pero que yo, aunque era bastante conocido en la Vega Baja, no lo era tanto en Alicante». Así que la encabezaría Paco Zaragoza, seguido por Luis Gamir, él (Galant), Barceló, una socialdemócrata de Orihuela y, en sexto lugar, Juan Rodríguez Marín (del partido de Zaragoza). «No me importaba que Gamir fuera delante de mí porque era un economista de prestigio, pero pedí que Rodríguez Marín pasara al quinto lugar, porque era abogado del Banco Central y bastante conocido en Alicante y Jávea. Aceptaron, pero creo que me equivoqué». Rodríguez Marín llegaría a ser diputado en aquella primera legislatura en sustitución de Paco Zaragoza.

«Gamir y yo teníamos relaciones personales muy buenas. La noche electoral cenamos en mi casa, con nuestras esposas, y luego marchamos juntos al Gobierno Civil».

La semana que viene seguiremos recordando aquel jubiloso día de hace 39 años, con sus resultados y valoraciones.

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