La polémica suscitada entorno a las presiones recibidas por algunos médicos adjudicatarios de plazas en las bolsas públicas de trabajo de los hospitales Clínico y la Fe, en Valencia, para que rechazaran su designación viene de lejos. Aunque esta semana se han hecho públicas diversas grabaciones que confirman el modus operandi seguido por algunos responsables, lo cierto es que varios jefes de servicio del Clínico ya avisaron a finales de 2015 de fallos en la bolsa. Así consta en una nota de régimen interno enviada a la Conselleria de Sanidad a la que ha tenido acceso este diario.

En la comunicación, los autores exponen que «la realidad actual promueve aberraciones que si fuesen conocidas por las asociaciones de pacientes o los contribuyentes en general serían motivo de escándalo». Entre los fallos se encuentran la falta de reconocimiento de méritos o la escasa cualificación de la gente en bolsa: «Puedes no haber vuelto a tocar un libro o haber hecho curso alguno porque tu supuesto derecho al trabajo se sobrepondrá al que tienen los destinatarios de su prestación, los pacientes».

Sin actualización

A su vez, defienden que se trataba de «una bolsa que no se actualiza de forma inmediata siquiera de los escasísimos méritos que contempla y que con muy poca frecuencia permite la incorporación de nuevos candidatos (a veces años)». «¿Cómo es posible que una vacante que requiere conocimientos específicos pueda ser ocupada por una persona que carece de ellos?» y «¿Dónde está el derecho de los pacientes a ser atendido por los profesionales mejor cualificados?» son otras de las preguntas que ya se hicieron los autores en 2015.

Una vez en su poder, la gerencia del centro hospitalario compartió con el resto de la plantilla las quejas remitidas. Parece que el tema quedó en suspenso hasta esta semana, cuando han salido a la luz las coacciones recibidas por algunas facultativos.