Una parte del pequeño comercio de Alicante habla de cordura al referirse a la renuncia de la promotora de Ortiz a la instalación de Ikea en Rabasa por su fuerte oposición desde un principio al macrocentro que llevaba aparejado el proyecto, mientras que otra parte del sector considera que se va a perder una oportunidad única para Alicante. Enfrentados desde el principio por el proyecto, el Colectivo de Comerciantes, que engloba a 17 asociaciones, y la Federación de comerciantes y Empresarios (Fecoema), que representa a una docena de entidades, coinciden ahora en que se abre un panorama incierto sobre la implantación de Ikea en Alicante.

«Supone un toque de cordura porque ellos mismos admiten la insostenibilidad y el poco apoyo al proyecto, algo que desde el Colectivo siempre hemos apuntado. No tenemos ningún problema con que Ikea venga a Alicante pero no estábamos dispuestos a que nos colaran el macrocentro», afirmó el vicepresidente del Colectivo, Vicente Armengol, quien destacó que con esto acaba la primera parte del «culebrón» Ikea y que ahora empieza la segunda, con la vuelta del proyecto a Alicante. «Algo tendrán preparado», indicó en referencia a una posible oferta desde el Ayuntamiento a la multinacional para evitar que la ciudad pierda la inversión prevista.

«Se vuelve a jugar en casa, en el municipio de Alicante, pero no sabremos nada más hasta que Ikea se pronuncie. Su instalación sigue siendo interesante y esperamos que lo que le ofrezca el Ayuntamiento lo haga viable».

El Colectivo no considera que esté en riesgo la inversión. «Ikea siempre ha hablado de su interés por Alicante y son muchos años. Es ahora cuando debe ratificar su apuesta por nuestra ciudad y demostrar ese interés con un proyecto que se ajuste a la realidad y sostenibilidad sin macrocentro comercial». En la misma línea, el presidente del Colectivo, Domingo Martínez, dijo que es estupendo que el proyecto vuelva a Alicante «y se configure de otra forma que no tenga tanta resistencia social. Si el proyecto se replantea con otras perspectivas nos parecerá bien». Martínez señala que ahora la pelota queda en el tejado de Ikea, «no sabemos si querrá venir sola o cambiar de sitio, depende de ellos. Como oferta añadida a lo que tenemos que vengan, pero no a cualquier precio».

En otro lado, Fecoema culpó a los cinco partidos políticos con representación en el Ayuntamiento y al gobierno del Consell de que se pueda perder el proyecto. «Necesitamos Ikea. Se agarran a lo de las lagunas de Rabasa, pero ¿realmente lo van a adecentar? Esto es querer lavarse las manos y desperdiciar una oportunidad única para Alicante, para crear empleo., en una ciudad con un ambiente tan triste, en la que sólo hay restauración», afirma la presidenta de esta federación de comerciantes sobre todo de los barrios, Mari Ángeles Cinos, que considera esta noticia «un palo. Dicen que les va a ofrecer otra ubicación, pero no vemos sitio». Por ello, creen que Ikea finalmente no querrá venir y que se perderá la inversión.

Desde la patronal del pequeño y mediano comercio, Facpyme, su presidente, Antonio Sáez, indicó que «estaba claro» porque el Consell dio poco tiempo a Alicante Avanza para modificar el proyecto. Opina que Ikea sí luchará por establecerse y será bienvenida si llega «sin mochila», es decir, sin macrocentro comercial. «El complejo iba a desertizar el centro a favor del extrarradio con una oferta no interesante para Alicante como ciudad turística».