Un vertedero marino frente a la Explanadavertedero marino . Los servicios de limpieza del Puerto de Alicante han culminado esta semana los trabajos para limpiar los fondos en una superficie de 9.000 metros cuadrados que abarca los tres muelles donde se concentra la actividad lúdica y recreativa del puerto. El resultado no ha podido ser más alarmante. En los dos años que han pasado desde la última actuación integral, los operarios han encontrado enterrados en el lodo submarino alrededor de siete mil kilos de basura, compuesta por el material más variopinto. Una señal de alarma para los rectores del puerto porque el vertido incontrolado de basura, al margen del daño que produce al medio ambiente, representa un peligro para la seguridad de la navegación de las decenas de barcos que hay amarrados en la marina y en el Club de Regatas, algunos señalados por posibles autores de los vertidos. Aunque, en general, la mayoría de la basura se lanza desde tierra.
En total, la empresa encargada de la limpieza ha recogido 30 carritos de la compra, 17 baterías de coches, 80 neumáticos, 20 conos, cuatro vallas, seis papeleras, 140 botellas de vidrio, seis carritos de bebé, un banco, ocho teléfonos móviles, seis sillas, 20 cubos, tres bicicletas, un monopatín, cuatro cascos, siete carteles de publicidad, 30 bloques de hormigón y una vespa, carcomida ya por la erosión del agua del mar.
La última limpieza en los muelles 1, 2 y 4 se hizo en 2014 en un área, entre las escaleras de la Reina y el Club de Regatas, donde más gente se concentra y donde se tira más basura. Además de la contaminación que produce, representa un peligro para la navegación, pues los fondos son poco profundos, Los residuos que se sacan se llevan al muelle 7 donde se clasifican y se envían a una empresa para su gestión.
Juan Antonio Ochando, encargado del operativo, se muestra sorprendido por la cantidad de material encontrado en los fondos. «Este año hemos sacado una barbaridad de basura, cerca de siete toneladas que se habían acumulado en tan sólo dos años, y lo peor es que no sabemos cuánto más puede haber todavía, porque todo está enterrado en el fango y allí es complicado encontrar los objetos».
Las labores de limpieza tienen una dificultad añadida y es que para que resulte efectiva las aguas deben estar cristalinas y eso sucede raras veces al año en esa zona del puerto y, además, dura dos o tres días. «Lo que nos parece increíble es hayamos encontrado hasta una vespa y muchas baterías de coches por lo que nos da la impresión que algunos vertidos puedan producirse desde los barcos. No me imagino a una persona cargando con una batería, cruzar la Explanada y tirarla luego al agua».
Otro de los problemas derivados de los vertidos en el puerto es la seguridad. «El ambiental es importante pero hablamos de una zona de muy poco calado por lo que es muy posible que un barco pueda encontrarse con un carro semihundido en el fango, no darse cuenta y chocar», explicó Ochando.
