Los vecinos de la partida rural del Moralet Alto trasladaron ayer sus reivindicaciones al Ayuntamiento, en una reunión a la que acudieron 180 personas. Los vecinos mostraron su preocupación por la seguridad. «Hemos solicitado un retén policial», indicaba el vicepresidente de la asociación de vecinos Moralet Alto, Carlos Herrerías. «Si están patrullando, nos gustaría disponer de un teléfono con el que poder contactar con ellos y también alguna manera de tramitar denuncias sin tener que ir al centro», afirmó. De sus reivindicaciones tomó nota el concejal de Seguridad, Fernando Marcos, que recordó que la responsabilidad en materia de seguridad es de la Subdelegación, pero que «los vecinos han notado ya el incremento de las patrullas de la Policía Local en la zona, una medida adoptada desde el Ayuntamiento». El dirigente vecinal agregó que entre las peticiones de los vecinos también está la mejora del alumbrado, a lo que el alcalde, Gabriel Echávarri -también presente en el acto-, dijo que una posible solución sería instalar farolas a contador. La asociación también demandó el asfaltado de algunas calles, a lo que los ediles tomaron «nota» -como en el caso de los itinerarios del taxi a la demanda-, y presentaron reivindicaciones urbanísticas. Según Herrerías, «el alcalde dejó entrever que en esta legislatura no habrá nuevo PGOU».

Con vecinos a favor y en contra, uno de los puntos conflictivos fue el tema de la celebración de las vaquillas en agosto que este año, por segundo verano consecutivo, no han sido autorizadas por el tripartito. El alcalde dijo entender a la asociación taurina, a quien dio la razón legal, pero echó balones fuera diciendo que el PSOE no se ha opuesto al evento y que él no tiene la culpa de que no se celebre. Herrerías explicó que una de las novedades, con la que los vecinos están satisfechos, es la realización de actividades deportivas orientadas a los escolares en la pedanía para que no tengan que desplazarse después de las clases al centro de la ciudad.

El concejal Marcos destacó el tono «agradable» y «distendido» de la reunión, en la que el alcalde, a petición de los vecinos, se comprometió a ser el próximo pregonero de las fiestas.