¿Se le ha pasado el disgusto de que sus socios, Compromís y el PSOE, no le apoyaran para que los centros de salud abrieran por la tarde y que le apoyara el PP, Ciudadanos y Nerea Belmonte?

Llevamos esa iniciativa porque nos lo pidió una plataforma social, Marea Blanca, que se lo pidió a todos los grupos políticos. Al final se van a abrir, que es lo que importa.

¿Le dolió?

No, somos muchos grupos políticos, no hay mayoría absoluta y tenemos que acostumbrarnos a este tipo de situaciones. Cumplimos con nuestra obligación.

En el último enfrentamiento, Echávarri personalizó en usted la paralización de la gestión y usted le retó a que les echara. ¿Por qué aguantan si están tan divididos?

Nosotros tenemos un compromiso con la ciudadanía, que decidió que hubiera un cambio. Para llevar a término ese cambio es indispensable contar con el PSOE y Compromís. Firmamos un pacto de gobierno y nosotros nos debemos a él. Vamos a continuar hasta el final de la legislatura. Es un pacto de mínimos y tenemos que cumplirlo.

¿El cambio para el que les votó la ciudadanía consiste en ver cómo se pelean y hasta se insultan en las redes sociales?

Esto no ayuda y seguramente todos tenemos culpa. Nuestros conflictos internos se airean en público. Nadie dijo que fuera fácil este tipo de gobierno plural. Es la primera vez que en Alicante hay un gobierno con esta geometría, tiene sus dificultades.

¿Hay una incompatibilidad irreconciliable de caracteres?

No creo que sea así. Hacemos un esfuerzo diario para que el pacto de gobierno salga adelante. Estoy dispuesto a reiniciarlo todos los días, cada vez que me levanto. (Risas). Todos los días son una odisea porque hay muchas cuestiones. Hay muchas cosas en común, pero hay otras cosas que no, evidentemente. Todo lo que hay en el pacto de gobierno son puntos en común y los conflictos siempre han venido por interpretar desde nuestro punto de vista que se estaba incumpliendo ese pacto de gobierno. Por ahí han venido los conflictos, no por cuestiones de animadversión personal. No me llevo mal personalmente con el señor Echávarri, no tengo una mala relación con él, ni con ningún otro miembro del gobierno.

Usted quiso ser alcalde o, al menos, alternar la Alcaldía. Eran seis de Guanyar y seis del PSOE, ¿por qué no fue?, ¿le dio miedo?

Tuvimos que ceder. Compromís inclinó la balanza, apostó por que el alcalde fuera Gabriel Echávarri y ante esa situación, nosotros no tuvimos otra que apoyarle como alcalde. Nos hubiera gustado otro escenario, como en Madrid o Zaragoza, pero no nos quedó otra que apoyar a Echávarri. Tampoco quisieron aceptar la rotación en la Alcaldía, bueno...En cualquier caso, son cosas del pasado. (Risas). Asumimos que no podía ser de otra manera.

¿Se arrepiente?

No. No podíamos dejar el gobierno de Alicante en manos del PP, hubiera sido Asunción Sánchez Zaplana la alcaldesa y no lo podíamos permitir. No me arrepiento a pesar de todos los desencuentros que ha habido, porque ya no se asocia el nombre de Alicante a la corrupción. Ahora hay empresas que por fin pueden trabajar con el Ayuntamiento de Alicante. Nos lo dicen: «Jamás nos adjudicaban nada» y ahora si presentan la oferta más barata, se les adjudica. Antes no se molestaban en concurrir a una licitación porque sabían que no tenían opciones de que se les adjudicara.

El alcalde dice que había «mordidas» en la época del PP.

No tengo constancia de mordidas. Si la tuviera, iría a un juzgado. Se dicen cosas, hay rumores, pero no puedo decir que las hubiera. Sí sé que el señor Ortiz ha confesado financiar ilegalmente al PP con 300.000 euros, ¿es eso una mordida? Pues no lo sé. En este tipo de cuestiones suelo ser muy prudente, siempre lo he sido. Con Castedo siempre utilicé la palabra presunta imputada, ahora investigada. Desde luego, algo olía mal en este Ayuntamiento en precedentes legislaturas y le ha pasado factura al PP que pasó de 18 a ocho concejales. Ha sido un shock. Por desgracia, no tenemos oposición en este Ayuntamiento, está desaparecida.

¿Dónde se siente más a gusto, en la oposición o en el gobierno?

En la oposición me sentía con menos responsabilidad. ¿A gusto? Estoy más contento en el gobierno que en la oposición, decides cosas que afectan al futuro de la ciudad y al día a día.

Sin embargo, en la calle se habla de parálisis de la ciudad.

Yo creo que no es así. Hay percepciones negativas y positivas. La parálisis la hemos sufrido durante 20 años. ¿Cuántas cosas se prometieron y no se hicieron? Ahora estamos comprometidos con proyectos más modestos, heredamos un Ayuntamiento intervenido, pero que se van a hacer. No creo que esté paralizada la ciudad. Es cierto que no hemos acabado de arrancar determinados planes estratégicos, como el del empleo, donde se nos puede acusar de cierta parálisis, aunque se está haciendo un trabajo positivo. El tema del empleo tiene que ser estratégico y hay que valorar cómo se puede crear empleo de calidad. He firmado 6.300 decretos. Si eso es tener la ciudad paralizada...

Aseguran que usted lo supervisa todo. ¿No se fía?

Me gusta conocer aquello sobre lo que decido, por responsabilidad. Leo todo lo que firmo.

No podrá poner la típica excusa de los políticos ante un problema: «Firmé lo que me dijeron los técnicos, no lo leí».

A mí no me cogerán en eso. Si hay algún problema, seré corresponsable con los técnicos.

¿También se gestiona usted las redes sociales?, ¿no tiene trol?

Soy yo quien sube los contenidos a las redes sociales. Nadie lo dice por mí, soy yo quien lo dice. Soy prudente en las redes sociales y no subo mucho, porque apenas tengo tiempo.

Decía Maquiavelo que los políticos no deben tener corazón. ¿A usted le duele que del tripartito se le considere el malo?

No es plato de buen gusto que pinten una imagen tan negativa de ti. Determinado sector de los hosteleros piensa que soy el enemigo a batir, pero los vecinos me ven como quien puede salvarles. Algunos promotores no me pueden ver, pero los grupos ecologistas no me ven como el malo de la película. Asumo todas las críticas. Por ejemplo, el ninot que nos dedican al alcalde y a mí (risas) representa a Pavón como un pavo cocinado por Echávarri me lo tomo con humor. Es una percepción, quizás otro invertiría los papeles. Es mejor estar de protagonista, que no estar. (Risas).

¿Puede romperse el tripartito por el rescate de contratas?

Es un punto que no se está cumpliendo. Hay unos informes que no son favorables, pero no son vinculantes, es una decisión política y creemos que hay que ser valientes como en otros ayuntamientos, como el de Alzira, en el que gobierna Compromís. Hemos aceptado que no se van a municipalizar. El PSOE y Compromís demoran el momento de esa municipalización. Nosotros entendemos que era posible ya, pero tampoco vamos a romper el pacto, ni nada por el estilo. Tenemos que hacer cesiones en muchas ocasiones.

También les separa el cierre y posterior apertura de las grandes superficies en festivos.

Es otro desencuentro. Fue el alcalde quien introdujo la propuesta de cerrar las grandes superficies, nosotros no llevábamos nada al respecto, pero nos pareció bien, porque todo lo que sea proteger el pequeño comercio...Ahora, nos sorprende mucho ese cambio de posición.

Ustedes han cedido en la municipalización de las contratas, en la ordenación de veladores, en iniciar el nuevo Plan General en el primer año. Parece que ustedes siempre están cediendo.

No siempre. Cuando se anunció que no se iba a devolver el resto de la paga extraordinaria a los trabajadores municipales, dijimos que no nos parecía correcto y, al final, se devolvió.

¿Y en los veladores?

Por una parte sí, pero, por otra, no. Dijimos que en la parte noble de la plaza Gabriel Miró no habría veladores y va a ser así. Habrá veladores en la parte baja y en los laterales de la plaza. Los veladores es una cuestión polémica. No terminas de contentar a nadie cuando tomas decisiones. Tengo asumido de que en los veladores no me van a caer elogios ni por parte de los vecinos ni de los hosteleros.

¿Están en algo de acuerdo?

Hay tres planes que creo que van a marcar el futuro de la ciudad a largo plazo. Vamos a ponerlos en marcha ya, definirlos, para luego aplicarlos, como son el plan del modelo de ciudad, el Plan General y el plan de inclusión social. Son tres ejes estratégicos para el futuro.

El diseño del modelo de ciudad no parece que comenzara bien con la ausencia del alcalde.

Estuvo intermitentemente la concejal socialista Sofía Morales. Hubiera sido deseable que el alcalde hubiera estado, pero no pudo ser. No tiene importancia.

¿No puede ocurrir lo mismo con el Plan General?

De entrada, en el Plan General vamos a abrir un proceso de participación ciudadana. En septiembre lo pondremos en marcha. Nuestro reto es que el Plan General sea asumido por toda la ciudad, que sea el de todos, que participe la oposición, porque si no, estamos perdidos. Algo así no debe depender de quién gobierna, debe responder al interés general de la ciudad, gobierne quien gobierne.

Un año es mucho sin que se sepa nada del nuevo planeamiento. Con el parón de la construcción no parece que haya mucho trabajo en Urbanismo.

Pues tenemos atasco con las licencias. Hay menos personal que hace cuatro años y la actividad está repuntando en la playa de San Juan, en el sector dos del Pau 5...Hemos dado licencias para unas mil viviendas y hay planes como el de Benalúa Sur y la Albufereta que se van a reactivar. Hemos tomado la decisión de no cuestionar los planes que están aprobados. Otra cosa es que en el nuevo plan haya grandes planes urbanísticos, porque hay 25.000 viviendas vacías en Alicante. Habrá suelo industrial, protegeremos la huerta de Alicante, que es algo único, un gran activo que tiene Alicante y se puede rentabilizar turísticamente. Tenemos un patrimonio impresionante con las torres de la huerta. Viajo mucho y no he visto nada igual. Siempre me ha llamado la atención que ese patrimonio no se pusiera en valor. Eso es lo que nos diferencia de otras ciudades.

Las pedanías les recuerdan que en la oposición estaban en contra de que viniera basura de fuera y ahora aceptan la de la Vega Baja.

Pienso lo mismo entonces que ahora, pero no lo podemos hacer de un día para otro. Estamos reduciendo. De Valencia venían 120.000 toneladas y ahora son 60.000. Con lo de la Vega Baja, vamos a reducir 20.000 más. El objetivo es que no llegue nada, pero la Generalitat nos puede obligar a que vengan residuos de fuera por el principio de solidaridad. Quisiera recordar que hemos suspendido las licencias para que no haya más plantas en las partidas. Queremos cambiar el modelo de tratamiento de los residuos para minimizar el rechazo.

¿Acabará Alicante sin Ikea?

En julio, la primera decisión que tomamos fue que el Consell rechazará la actuación estratégica con el macrocentro y estamos esperando. Una vez resuelva la Generalitat, llamaremos a Ikea para decirles dónde pueden instalar una tienda ya. Vemos difícil que se vaya a Elche porque está muy cerca de Murcia o a Benidorm. A Ikea le interesa Alicante por el corredor mediterráneo, vendría gente hasta de Albacete. El problema es que Ikea siempre nos ha trasladado que su proyecto es el de Alicante Avanza y nosotros no estamos de acuerdo porque hasta que no se confirme el archivo de la pieza del plan Rabasa, es un proyecto bajo sospecha. Lo hemos recurrido, conseguimos en 2012 que se reabriera la pieza, y veremos ahora. Queremos que se juzgue y se disipe cualquier duda, que no se cierre en falso. Es un asunto muy importante para la ciudad y para su imagen.

Su socio de Compromís Natxo Bellido cree que los casos Marisol Moreno, Nerea Belmonte y Gloria Vara son muchos escándalos para tan poco tiempo de gobierno.

Los escándalos en Alicante han sido por presuntos casos de corrupción urbanística: Castedo, Alperi, Ortiz. Los casos de Marisol y Nerea no creo que sean escándalos. Con Nerea actuamos con contundencia expulsándola pese a que no cometió una ilegalidad. Lo de Marisol es distinto, se le ha castigado injustamente porque la Corona está sobreprotegida. Sobre lo del PP y las juntas en el club de alterne, eso sobre y ha pedido disculpas, que no perdón. Ninguno de estos casos tiene consecuencias sobre la ciudad.

¿Y Gloria Vara?

Fue un error. Ella misma ha reconocido que no se puede tener esa actitud un tanto prepotente y esperamos que no se vuelva a producir.

¿Ha hablado recientemente con Echávarri?

Ayer mismo (por el jueves).

¿Y no se gritaron?

No nos hemos gritado nunca. (Risas). Podemos ser vehementes en un debate, pero nunca nos hemos gritado.

Defina a Gabriel Echávarri.

Él mismo reconoce que es muy impulsivo, lo que tiene ventajas e inconvenientes. Cuando toma una decisión, no la toma a la ligera. Otra cosa es que las tome sin consultarnos. (Risas)

¿Y Bellido?

Es una persona que siempre trabaja por el consenso. Muchas veces evita posicionarse para no obstaculizar los acuerdos.