Un sofá, una tabla de surf, una enorme rueda de camión, un trozo de alcantarilla... las lagunas de El Moralet se han convertido en un improvisado vertedero en el que la gente deposita los objetos más insólitos. Todo pese al alto valor ecológico de este humedal valor ecológico humedal que cada día está más deteriorado.
La zona, escondida y muy desconocida para los alicantinos, ocupa una superficie de unos 10.000 metros cuadrados ubicada al oeste de El Moralet, concretamente en un barranco de la zona de Valle Grande. Aunque en los meses de lluvia se producen más encharcamientos, actualmente el agua sólo se acumula en la parte más baja del humedal, formando una pequeña laguna de unos 300 metros cuadrados, que es donde se ha depositado la mayoría de escombros. Sin embargo, en toda el área hay esparcidos por el suelo baldosas, ladrillos y otros restos de obra.
En la laguna convertida en escombrera, el agua ha adquirido un color amarillo y en su superficie flotan láminas de materia más sólida, probablemente restos del contenido de las decenas de bidones que han sido arrojados a la laguna. «Hay que tener en cuenta que este humedal se llena con el agua de una serie de acuíferos subterráneos, conectados entre sí, por lo que esta acumulación de basura probablemente está contaminando estos acuíferos», señala Carlos Herrerías, vicepresidente de la asociación de vecinos de El Moralet Alto.
«Como ciudadana me avergüenza que este paraje esté así», asegura Concha Cárceles, presidenta de la misma asociación. No hay derecho, añade, «a que vengan los camiones y tiren lo que les dé la gana en la laguna, un espacio de alto valor ecológico».
El boom inmobiliario de los últimos años ha tenido mucho que ver en el abandono de este enclave. «Los humedales son espacios protegidos y a su alrededor no se debería dejar construir nada», asegura Herrerías, mientras señala varias casas levantadas en el humedal.
Los vecinos recuerdan cómo este paraje natural conoció mejores tiempos. «Hace 15 años veníamos a coger ranas y la gente hasta se bañaba. En la laguna había unos peces, llamados gambusia, una especie invasora que se comía a los mosquitos y era muy resistente. Hoy no hay nada de vida en la laguna», explica Herrerías.
Con el objetivo de recuperar este espacio para el disfrute de los ciudadanos, los vecinos de El Moralet ya se están moviendo, aunque de momento las administraciones se pasan la pelota unas a otras. «Hemos trasladado nuestra preocupación al Ayuntamiento y de hecho ayer -por el jueves- estuvo aquí el edil de Medio Ambiente, Víctor Domínguez, quien nos aconsejó que contactáramos con la Confederación Hidrográfica del Júcar, a quien pertenece este paraje», señalan Cárceles y Herrerías. No obstante, según apuntan los vecinos, «este organismo no tiene catalogado el paraje, por lo que nos dicen que se trata de unos terrenos privados y que debe ser el Consistorio quien obligue al dueño a limpiarlos».
Amenazado por el PGOU
Hace un par de años el grupo conservacionista Stenella elaboró un informe sobre el valor de esta zona y la necesidad de protegerla, «dado que el actual PGOU de Alicante califica los terrenos como suelo urbanizable». El informe destaca que el humedal es rico en especies vegetales autóctonas y en minerales, como los cristales de yeso y el jacinto de compostela. La asociación ya destaca en su informe el daño que el vertido incontrolado de escombros y enseres ha hecho en la laguna. ya que «han cegado parte de este entorno acuático».
Este grupo también detectó en la zona la presencia de plantas invasoras, «debido a una incorrecta eliminación de los restos de podas y jardinerías de las viviendas colindantes». Para el grupo Stenella, la zona tiene rasgos ecológicos y geológicos que la convierten en zona a proteger por la legislación y se sorprende de que un Plan General de Ordenación Urbana, «tan costoso en tiempo y dinero, no detecte este tipo de espacios».
