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El Pla y Carolinas hablan ruso

Inmigrantes de los países del Este escogen los barrios más populosos de Alicante para vivir y como segunda residencia

Los barrios del Pla y Carolinas se han convertido en destino de muchas familias rusas que compran, sobre todo, segundas residencias. jose navarro/ISABEL RAMÓN

Tienen fama de millonarios. Pero no todos los rusos disponen de un millón de euros para comprarse un chalé en primera línea de playa. De ahí que los inmigrantes de los países del Este hayan comenzado a poner sus ojos en otros enclaves de la provincia para vivir o bien para pasar sus vacaciones. Y los barrios del Pla y Carolinas se han convertido en uno de sus destinos preferidos.

En sus calles ya han abierto los primeros negocios orientados, sobre todo al mercado ruso y ucraniano, con carteles en cirílico y los vecinos de estos dos barrios ya se están acostumbrando a escuchar otros idiomas en bares y comercios.

«De todos los barrios de Alicante esta zona es la que tiene una mejor ubicación, muy próxima al centro de la ciudad y de la playa del Postiguet. Bien comunicada con transporte público y con accesos cómodos para quien se mueve en coche», explica Tatiana Usova, una empresaria ucraniana que acaba de abrir una inmobiliaria en la plaza Hermanos López de Osaba.

El perfil de los nuevos vecinos es el de familias trabajadoras que compran un piso y vienen a pasar sus vacaciones. «Está claro que hay rusos con mayor poder adquisitivo que escogen la zona de Calpe o Altea, pero no todos tienen tanto dinero y además, el cambio de moneda ya no está tan favorable, por lo que hay muchas familias que optan a pisos más económicos». Además, en muchas ocasiones «el piso lo compran entre varias familias a modo de multipropiedad para compartir gastos y turnarse las semanas de vacaciones para viajar a Alicante e incluso lo alquilan cuando no están para que salga así más económico», explica Usova.

En la inmobiliaria de esta empresaria se venden cada año unas 30 casas por esta zona, cuyo presupuesto ronda los 50.000 y 60.000 euros. «En Rusia se pueden encontrar casas por este dinero, pero la vida en España es mucho más económica». El papeleo es la parte más complicada de adquirir una vivienda en España. «Es muy difícil abrir cuentas en los bancos, porque exigen documentación que acredite de dónde viene el dinero». Los visados, además, se conceden por 180 días. «La persona elige cómo los distribuye a lo largo del año y pasados 12 meses, debe renovar el visado». La propia Usova es vecina del barrio desde 2012. «Hay siempre mucha vida en las calles, muchos comercios y siempre está animado, me gusta vivir aquí». Tras la inmobiliaria abrió una pequeña tienda de productos de alimentación risos, ucranianos y bielorrusos. «Vendo cervezas, embutidos, conservas, quesos y productos de bollería de estos países, aunque también tengo artículos españoles». Desde la Asociación de Inmigrantes de Europa del Este, su presidente Alexander Chepurnoy, destaca el imparable aumento de rusoparlantes en la ciudad. «Desde 2013 la población se ha incrementado un 80%. Sólo el hecho de que los enlaces de los vuelos con Rusia se hayan multiplicado demuestra esta imparable tendencia». Algo, que a su juicio beneficia a la ciudad. «Los rusos, junto con los chinos, son los que más gasto hacen por persona».

En cuanto a los vecinos del Pla, no han tardado mucho en acostumbrarse a sus nuevos vecinos. «Desde hace un par de años la población rusa en el barrio ha crecido muchísimo. Son personas educadas que se han integrado con rapidez», señala Carmen Cobela, presidenta de la Asociación de Vecinos de El Pla.

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