Abastecimiento asegurado si hay voluntad política y se cumple la ley. Las lluvias de la primavera han provocado el milagro que ya casi nadie esperaba en la cuenca del Tajo en el tercer año de sequía. El complejo de embalses de Entrepeñas y Buendía, desde donde arranca el trasvase de agua la provincia de Alicante y Murcia, cuenta con unas reservas de 633,42 hectómetros cúbicos de agua, cifra que según las reglas de explotación del trasvase, recogidas en el denostado «memorándum», avalan jurídicamente a que el Ministerio de Agricultura duplique la cantidad de agua que envía a Alicante mensualmente. Es decir, de los 20 hm3 actuales, ayuntamientos (54 en la provincia entre ellos Alicante, Elche y todos los de la Vega Baja), pasan a tener derecho para recibir 38 hm3, lo que garantiza, tanto la temporada de riego en verano como el abastecimiento de la población -complementado con el agua desalada- ante una temporada alta turística que se presenta como la mejor de la historia.

Todo es posible porque, según el periodo de transición para elevar la reserva en Entrepeñas y Buendía de los 240 a los 400 hm3 a partir de los cuales se cierra el trasvase, para 2016 la «línea roja» está en los 336 hm3. «Hoy es una buena noticia para la provincia de Alicante y felicito a al Ministerio de Agricultura por la eficiencia que ha demostrado en el control de los desembalses en el Alto Tajo, lo que va a permitir que este mes nos trasvase 38 hm3 y en julio, agosto y septiembre otros 20 hm3 al mes, con lo que salvaremos la temporada», subraya Ángel Urbina, presidente de la SAT San Enrique y miembro de la Mesa del Agua de la Diputación. Si ya estuviera en vigor la reserva de los 400 hm3, el nivel en junio para poder llegar a los 38 hm3 mensuales debería estar en los 673 hm3.

El problema de la cuenca del Tajo es su mala planificación. Tras las últimas lluvias se ha demostrado que el Tajo lleva caudal suficiente -más de 7.000 hm3 esta semana- pero se concentra en su curso medio y no en la cabecera, donde arranca el trasvase, donde sólo están el 7% de los recursos. El Europarlamento ha instado al Gobierno a poner en marcha las desalinizadoras recordando que estas infraestructuras fueron financiadas con fondos de la UE. Sin embargo, el agua de la desalinización tiene un coste que oscila entre 0,70 a 0,90 euros por metro cúbico y un consumo de energía de 3,5 a 4,5 kWh/m3, mientras el trasvase Tajo-Segura, vital para las regiones de Murcia y Alicante, proporciona agua a 0,10 €/m3 y con un consumo de energía de tan sólo 1,1 kWh/m3. Algo que complica su uso para la agricultura.