El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo ha inaugurado hoy en Alicante la conferencia internacional sobre la «Diplomacia como Prevención de los Conflictos en el Mediterráneo», un foro en el que se intenta buscar soluciones a las dramáticas situaciones que se viven hoy entre el norte de África y Europa por el éxodo de refugiados que huyen de sus países de origen buscando un futuro. García-Margallo ha apelado a sustituir la actual cultura de reacción ante el drama a la prevención de ese drama. Entre las medidas planteadas ha destacado la creación de una sede permanente de la Naciones Unidas el norte de África, reforzar el papel de la embajadas en materia de detección y prevención de los confictos y la creación de una plataforma de líderes religiosos. Por su parte, el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri ha destacado la idoneidad de la ciudad de Alicante -sede Casa Mediterráneo- para acoger un tribunal de arbitraje internacional de los conflictos comerciales con el norte de África. En la presentación también han participado el presidente de la Diputación, César Sánchez, y el jefe del Consell, Ximo Puig, quien ha valorado el trabajo que se hace en la Comunidad por los refugiados y ha ofrecido la colaboración de la Generalitat.

El preocupante aumento de los conflictos y las guerras civiles durante los últimos años, con el corolario del incremento del número de personas desplazadas (a finales de 2014, el número de personas desplazadas se acerca a los 60 millones, la cifra más alta de la historia), hacen que la prevención de conflictos sea hoy más necesaria y urgente que nunca.

La prevención se ha convertido en una dimensión imprescindible de la política exterior; la naturaleza de los conflictos actuales, su complejidad creciente, el hecho de que los conflictos sean hoy más intra estatales que interestatales y la presencia de poderosos actores no estatales o el extremismo violento exigen reforzar los mecanismos de alerta temprana y de diplomacia preventiva.

La prevención de conflictos se halla en la esencia misma de la existencia de las Naciones Unidas. Son los Estados los que tienen la responsabilidad principal en la prevención de conflictos pero las Naciones Unidas, única organización de carácter universal y gracias a la legitimidad derivada de los principios de su Carta, tienen un importante e insustituible papel que desempeñar. El capítulo VI de la Cartade las Naciones Unidas y en especial su artículo 33 subrayan la necesidad de una prevención efectiva. Las Naciones Unidas se encuentran en la actualidad en un periodo de reflexión estratégica sobre la prevención de conflictos. Los tres paneles de alto nivel creados en 2015 para evaluar y revisar las Operaciones de Paz, Arquitectura para la Paz y la agenda Mujer, Paz y Seguridad, han puesto renovado énfasis en la prevención de conflictos.

El proceso de reflexión ha llevado a profundizar y desarrollar el concepto de diplomacia preventiva. Durante la Cumbre de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, en septiembre de 2015, se han reconocido los vínculos entre desarrollo sostenible, paz, gobernanza, derechos humanos y estado de derecho.

España ha situado la prevención de conflictos en el centro de su política exterior y en su programa para la presencia en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, se ha fijado la diplomacia preventiva como una de las líneas de acción prioritarias. España está trabajando para fortalecer la función preventiva del Consejo, con el fin de mejorar su capacidad de respuesta frente a crisis emergentes y amenazas potenciales a la paz y la seguridad, prestando atención a los factores de riesgo y a las causas profundas de los conflictos.

En este ámbito, con el objetivo de construir puentes de cooperación entre diferentes comunidades, culturas y civilizaciones, España lanzó en 2005, junto a Turquía, la Alianza de Civilizaciones, principal foro para el entendimiento intercultural e interreligioso, y se ha mostrado muy activa en cuestiones de mediación con la Iniciativa para la Mediación en el Mediterráneo, puesta en marcha junto con Marruecos, o con la creación del Centro de diálogo intercultural e interreligioso KAIICID, con sede en Viena y creado en 2012 por España, Austria, Arabia Saudí y la Santa Sede.