La Marcha de la Dignidad volvió ayer de nuevo a las calles de Alicante para exigir trabajo «digno» y un cambio social ante lo «poco o nada» que ha cambiado la situación «en el último tiempo». Asimismo, las decenas de manifestantes reivindicaron ayer la necesidad de iniciar «un revolución democrática» para que los ciudadanos puedan decidir lo que les afecta en su vida cotidiana. Entre las reivindicaciones, no pagar la deuda, no a la Europa del capital y la guerra, no al pacto de expulsión de refugiados, derogación de la Lomce, remunicipalización de los servicios públicos, entre otras.