El Consell rechazó ayer de manera implícita dar más tiempo al constructor Enrique Ortiz para mejorar su proyecto de la Actuación Territorial Estratégica (ATE) de Rabasa que incluye la instalación de una tienda de Ikea. La vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, afirmó en Alicante que «estamos trabajando para que Ikea sea una realidad» en la ciudad, pero que antes «hay que arreglar lo que estaba mal», y eso pasa por «cambiar la fórmula de la ATE por otra» que no esté afectada por «problemas judiciales».

Con ello, Oltra dio a entender que no concederá a Ortiz la prórroga que ha solicitado para subsanar los defectos en el proyecto advertidos por Consell, lo cual supondría la anulación de la ATE y que el plan volviera a depender del Ayuntamiento. El plazo para realizar esas enmiendas expiraba ayer, pero esta semana Ortiz solicitó al Consell dos meses más, al considerar que así lo requerían la complejidad de las alegaciones a presentar. La decisión correspondería a la Conselleria de Economía, pero Oltra dejó ver que se optará por hacer caducar el expediente y anular así la ATE.

La vicepresidenta hizo hincapié en que «la Generalitat está trabajando para que Ikea esté en Alicante, pero por las vías legales que lo hagan posible y desvinculándolo de problemas judiciales». Oltra añadió, en este sentido, que eso implica que Enrique Ortiz quede al margen del proyecto para que la firma sueca se instale en Alicante. Asimismo, preguntada por si teme que eso supusiera que Ikea no se instalara en Rabasa, la vicepresidenta ha replicado que «Alicante es mucho más que Rabasa», con lo cual esa cuestión a priori no será determinante para la decisión que tome el Consell.

Por otra parte, también el vicealcalde, Miguel Ángel Pavón, se pronunció sobre esta cuestión, afirmando que «Ikea debería haberse desvinculado» del proyecto de la ATE liderado por Enrique Ortiz, porque «es lesivo para la ciudad, para el comercio y para las lagunas de Rabasa». Pavón recalcó que «Ikea podría estar hace tiempo en Alicante» si su instalación no hubiera ido ligada al mencionado plan, y reiteró su deseo de que la multinacional sueca se instale en Alicante «sin perjudicar al comercio» ni al desarrollo de la ciudad ni a su entorno natural.