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Una alicantina en Idomeni: «Hace días que no permiten que entre comida»

La cooperante Patricia Vidal logra eludir la expulsión, por parte de Grecia, del personal de las ONG

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Una voluntaria alicantina en el campo de refugiados de Idomeni

Oculta su rostro tras un pañuelo y vive escondida en la tienda de campaña de una familia siria. La alicantina Patricia Vidal, de la ONG Karam, es una de las pocas cooperantes que ha logrado burlar la expulsión que la policia griega hizo ayer de la práctica totalidad del personal de ONG y voluntarios que se encontraban en el interior del campamento de refugiados de Idomeni, cerca de la frontera con Macedonia. De esta forma, Vidal está siendo testigo de cómo ayer, sin testigos de las asociaciones, se comenzó a desmantelar este improvisado campamento de refugiados. «Han llegado muchísimos autobuses y la policía está diciendo a las familias que recojan sus cosas y suban a ellos». El destino de estos autobuses es incierto. «Sospechamos que los llevan a campos militares de Grecia, con la excusa de revisar su solicitud de asilo. De ahí tememos que los manden a Turquía».

Hasta ayer por la tarde, el desalojo de las familias estaba siendo pacífico. «Hace días que no permiten entrar comida en el campamento, así que los refugiados no tienen muchas más opciones. Ayer mismo, nosotros tardamos ocho horas en poder meter varios palés con potitos porque todos los accesos estaban cortados». Con todo, Vidal asegura que de vez en cuando se oyen rumores en el campamento de que algunos grupos tienen intención de amotinarse «y las familias suben a los autobuses llorando mientras recogen y cargan sus pertenencias».

De momento Patricia Vidal, junto a dos compañeros de la misma ONG, permanecerán todo lo que puedan en el interior del campamento para ser testigos de lo que allí ocurre estos días. «Hay agentes de policía, muchos de ellos vestidos de paisano, recorriendo tienda por tienda para comprobar que no queda ningún cooperante». «Como nos descubran», añade Vidal, «nos pueden detener, así que ya veremos cómo saldremos de aquí». En principio su estancia en Grecia se prolongará hasta mediados de junio. «Cuando salga de Idomeni mi intención es desplazarme hasta los campamentos a los que llevan a los refugiados para ver qué ocurre allí».

Vidal cuenta que el desalojo del personal de las ONG se produjo en la madrugada del martes. «Mis dos compañeros y yo estábamos tomando té en la tienda de una familia siria de amigos, cuando voluntarios de otras asociaciones comenzaron a enviarnos mensajes de móvil contando que la policía les estaba expulsando». Entonces, «decidimos quedarnos en la tienda de nuestros amigos, donde nos están proporcionando comida y un sitio donde dormir». La cooperante cuenta que la policía sólo ha dejado quedarse en Idomeni a «tres o cuatro voluntarios de las ONG más grandes cómo Médicos sin Fronteras o Acnur». Los voluntarios de Karam llegaron hace unos días al campamento de Idomeni con un cargamento de ayuda humanitaria.

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