Un verano «fresco» tras el invierno más cálido desde 1955. La Costa Blanca camina ya hacia un verano que, según los modelos de previsión de la Agencia Estatal de Meteorología y de los servicios meteorológicos de Estados Unidos será menos cálido que el de 2015, pero muy seco en el tercer año ya de sequía. Es probable que durante el ya casi inminente junio se desarrollen algunos episodios de tormenta, pero a partir de la mitad de mes, cuando ya el verano es un hecho en Alicante, las lluvias desaparecerán por completo y el sol se impondrá pero calentando menos que hace un año.

El motivo puede explicarse, según Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, en que se producirá un ajuste atmosférico para compensar el impacto que tenido el episodio de la Corriente de El Niño. De hecho, en los años en los que se desarrolla esta corriente tan intensa como la de este año suele haber «veranos normales», según Olcina. «La atmósfera ha estado más cálida de lo normal en los meses de invierno y primavera y en verano se reajusta haciendo menos calor», subraya el climatólogo.

El invierno pasado fue el más cálido y seco desde que hay registros en la Comunidad Valenciana, según la Agencia Estatal de Meteorología. La temperatura media fue de 10,5 grados, 2,1 grados más alta que la del promedio normal, lo que hace que el trimestre fuera muy cálido y tras una primavera también cálida la estadística climática revela ajustes. Un invierno en el que se llegaron a alcanzar los 24 grados de máxima en el aeropuerto de Alicante-Elche, la más alta de la península durante la estación.

Sesenta y un años -en Alicante los observatorios guardan registros de los últimos cien años- hacía de estar bajo la influencia de un anticiclón tan potente sobre el Mediterráneo, circunstancia que los expertos vinculan a dos factores: el cambio climático y la fortaleza de la corriente del Niño, una masa de aire frío que se genera todos los inviernos en el Pacífico y que acaba por afectar a la circulación atmosférica de todo el planeta. Una situación que, por otro lado, llegó a alterar, incluso, en varias comarcas el ciclo vegetal de cultivos como el almendro y los nísperos en la Marina Baixa, cuyas variedades más tempranas, incluso ya se recogieron en diciembre.

Una previsión de verano menos caluroso que contradice, en cierta manera, las predicciones de los paneles de cambio climático, que sostienen que la temporada alta de turismo en la Costa Blanca podrá desarrollarse entre junio y octubre a medio plazo. Esto es especialmente importante para planificar el año turístico, las vacaciones de verano y los flujos de turistas de otros países que puedan llegar a nuestros destinos y a los que se les podrá ofrecer una temporada de baños más prolongada, con temperaturas cálidas también, aunque el exceso de calor también provoca rechazo en el centro y norte de Europa. Muchos escandinavos, alemanes e incluso algún inglés huyen en verano, algo este año no está previsto.