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Javier Sádaba: «Los políticos nos engañan, y mucho. La democracia adelgaza a gran velocidad»

El filósofo estuvo en Alicante en un seminario de reflexiones sobre «Ética y cultura»

Javier Sádaba: "Los políticos nos engañan, y mucho"

¿Cómo se conjugan la ética y la cultura?

La ética o moral es una parte de la cultura y de las costumbres, que va más allá de la genética, las costumbres sociales y políticas. La ética juzga también aquellos aspectos culturales que chocan contra la moral. Hay culturas y costumbres muy distintas y las podemos intercambiar, pero si la costumbre es la ablación del clítoris la ética debe decir no, debe decir, eso está mal.

¿Donde están los límites de la ética en las costumbres?

Podríamos pensar, para qué ser morales si vamos a estar cuatro días en este mundo. Sin llegar a ser santos, aprovechando los gozos de la vida y teniendo la conciencia satisfecha se debe ir creciendo en humanidad. Es decir, vivir bien la vida cotidiana y ayudar a los de al lado. Hacerlo todos los días y con la mayor sencillez, puesto que no hacen falta grandes heroicidades, te da más bienestar. Lo importante es lo que se hace en la cotidianidad, al margen de grandes momentos estelares. Hay que aprender a escuchar y no engañar, no callar, porque vivimos en la era de la gran mentira.

¿En qué sentido?

Estamos en manos de personas que nos zarandean y hacen lo que les da la gana. Hay que resistir, no dejarse engañar ni autoengañarnos, que constantemente lo hacemos. Es decir, tener una vida con los derechos humanos como base y que cada uno encuentre su felicidad, y eso hay que empezar desde abajo, desde la guardería. Propongo la vida buena, aprovechar los placeres y tener la conciencia satisfecha haciendo lo que uno cree que tiene que hacer.

¿Nos engañan los políticos?

Los políticos nos engañan y mucho. La democracia está adelgazando a gran velocidad, no se la reconoce casi. Cuando están en la oposición hablan de lo que hay que hacer, y cuando llegan al poder sus modos nada tienen que ver con lo dicho antes, lo que genera malestar en la gente. En lugar de ser recadistas del pueblo, lo que denunciamos se pervierte en sus manos. Los partidos políticos se convierten en muñecos del dinero. Tenemos que hacer una reivindicación de la política desde la sociedad, los soberanos somos nosotros (los ciudadanos). Además, somos animales políticos, pero debe existir más implicación en la vida social y más crítica con la política.

¿Cómo ve la falta de acuerdo de los partidos en España y que se repitan las elecciones?

Por mi parte y por la de muchos, estamos hartos. Los políticos han producido hartazgo con un mal espectáculo circense, y la sensación es que ocurre lo de siempre. A ver quién se reparte el pastel. Les han sobrado ansias de poder y les ha faltado coherencia. Han estado muy mal, cuando a la gente lo que le importa es poder sobrevivir. En este momento hay once millones de personas en España que llegan mal a fin de mes. Ha sido un espectáculo de hartazgo y de aldabonazo a la sociedad. Hay que exigirles más, salir a la calle y manifestarse como sea.

Otro tema importante es la crisis de los refugiados. Desde el punto de vista ético, ¿ cómo ve lo que ocurre en Europa?

Es una vergüenza y por muchos motivos. El mundo es de todos y en estado de necesidad uno debe poder moverse al lugar donde pueda sobrevivir y eso no está sucediendo. Me aterroriza moralmente hablando que los europeos nos estemos acostumbrando a que una imagen tapa a otra, y lo tomemos como una banalidad. La Europa de los derechos y la democracia está respondiendo muy mal. Hay otros países responsables pero Europa no pone medios eficaces de verdad, sólo se reúne comisión tras comisión. ¿Dónde está el Parlamento europeo?, me pregunto. La gran pregunta moral es ¿dónde está Merkel? Europa ha olvidado su origen hospitalario mientras crecen los populismos extremistas.

Hablaba de que la clave para ser feliz es ayudar a los demás y disfrutar los gozos de la vida. ¿Somos felices los españoles?

Moderadamente felices. Es difícil medir esto, pero si tiene algo bueno este país en conjunto, de modo transversal, es que se vive muy día a día, y eso está bien. Saber aprovechar los momentos, es una capacidad que se da en España que en otros países la he visto menos. Pero ese talante tiene una parte negativa, y es que va en detrimento de la cultura. Se lee poco, la curiosidad es muy escasa, se reflexiona bastante poco y eso al final se paga. Es un modo de vida más alegre que supera otros, pero en otros aspectos podemos labrarnos un futuro bastante malo y esto a la larga puede pagarse en felicidad.

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