Consumen medicamentos pautados para una enfermedad, a dosis mayores y buscando alguno de sus efectos adversos. Es el denominado «pharming» o farmacofiesta, una nueva forma de consumo. En el libro «Nuevas drogas psicoactivas» se alerta de que las sustancias de consumo más habituales son analgésicos opioides, ansiolíticos, estimulantes y sedantes. Los autores alertan de cómo se está popularizando esta peligrosa moda. «A ello podría contribuir la percepción errónea de que se trata de sustancias más seguras».

Junto al «pharming», en los últimos años se están extendiendo las denominadas «smart drugs» o drogas inteligentes , sustancias capaces de ampliar, presumiblemente, funciones cognitivas, tales como la atención, la concentración o la memoria. Se comercializan bajo la promesa de sus supuestos beneficios cognitivos, la ausencia de efectos adversos y el mínimo riesgo de toxicidad.

Los autores de la publicación advierten de que «se dispone de escasa evidencia para garantizar dichos beneficios, mientras progresivamente aumenta el número de casos adversos publicados, tanto en la literatura científica como en los foros de usuarios en la red».