¿Por qué les preocupan tanto a los expertos las «legal highs»?

Porque algunas, como ciertas catinonas, son peligrosas. Multiplican los efectos de la sustancia que quieren emular y pueden llagar a generar problemas de violencia extrema. Además, son difíciles de detectar con los métodos tradicionales.

¿Está creciendo mucho su producción y consumo?

Nos encontramos en la época de mayor efervescencia. Este tipo de sustancias se ha multiplicado en los últimos años y no sabemos cuándo tocaremos techo.

¿Por qué se les pone la etiqueta de legales?

Porque realmente no están ilegalizadas, permanecen en una especie de limbo. Son desconocidas y la administración aún no ha llegado a prohibirlas. Aunque nuestros sistemas de alerta son muy buenos, en este terreno vamos un poco por detrás.

¿Qué lugar ocupa España en una tendencia que ya es mundial?

Se ha detectado su presencia en todas las comunidades autónomas, especialmente de catinonas.

¿Es muy complicada su fabricación?

La elaboración es muy sencilla y la mayoría proceden de China o India y se introducen en los circuitos habituales de tráfico de drogas.