Los directores de institutos de la provincia han propiciado la puesta en marcha por parte del Síndic de Greuges de un informe conjunto de toda la Comunidad sobre la cantidad de alumnos con trastornos sin diagnosticar y que no reciben la atención que necesitan para su adecuada trayectoria académica en Secundaria.

Los datos adelantados por uno de los portavoces del colectivo académico, Laura Oliva, apuntan a que entre 4 y 34 alumnos de cada uno de los institutos padece algún tipo de trastorno.

Entre los más comunes citan la anorexia, bulimia, déficit de atención, hiperactividad, y problemas neurológicos o de conducta que acaban influyendo negativamente en los resultados académicos. «Urge un censo serio de enfermedades mentales en la Comunidad y especialistas en los centros», afirma Oliva, a su vez directora en el Instituto numero 1 de Mutxamel.

Desde otro de los institutos de Secundaria, como el Bahía Babel de Alicante, su director admite que el problema de la falta de diagnóstico de estos alumnos, que cifra en un 10% del total, uno de cada diez, está «prácticamente generalizado» en los cursos de la ESO, porque los maestros de Primaria se preparan en Psicología y Pedagogía antes de acceder a la plaza docente, mientras que el profesorado de Secundaria se especializa en una materia y se forma con el curso de capacitación y unos meses de prácticas.

«En los institutos abordamos el problema, y se habla con las familias implicadas tratando de actuar en alguna medida, pero no se puede afrontar esta situación con buena voluntad nada más», subraya Jose Antonio Perelló, a su vez representante de los directores de instituto en el Consejo Escolar Municipal.

Profesionales

Abunda el responsable del IES Bahía Babel que lo razonable sería crear equipos de atención profesionalizada que cubrieran periódicamente todos los institutos. «No digo que haya un enfermero por cada centro, que sabemos que no es posible, pero al menos hacen falta equipos itinerantes de profesionales porque los docentes no saben cómo actuar a diario con estos alumnos».

Las consecuencias de esta situación generalizada se reflejan también en los resultados académicos. «Hemos observado que cuando un alumno empieza a fallar en los estudios suele haber por detrás algún tipo de problema mental, del tipo que sea, y por mucho que los derivemos a las unidades de salud mental, allí no pueden dar abasto», afirma Perelló.

El Síndic de Greuges ya ha empezado a tramitar una queja de oficio para implicar a tres consellerias en el tema, la de Sanidad, de Educación y de Igualdad.