Las cifras de abandono escolar temprano, es decir, los alumnos que tras aprobar el graduado escolar en cuarto de Secundaria, cuelgan los libros y dejan de estudiar en los niveles ya postobligatorios del Bachillerato y Formación Profesional, alcanzan al 21% de los jóvenes en la Comunidad, uno de cada cinco.

La media nacional mejora esta cifra en dos puntos, es del 19,8%, pero el objetivo común se dirige en el plazo de cuatro años, en el horizonte 2020, a rebajar estas cifras hasta el 15% que es la media europea.

Los datos proceden del cruce con la Encuesta de Población Activa (EPA). Mientras la media española ha bajado del 21,9% en 2014, al 20% en 2015 y al 19,8 % del primer trimestre de este mismo año; en la Comunidad la variación ha sido pareja, de dos puntos menos también en el mismo periodo de tiempo, habiendo pasado del 23,4% en 2014; al 21,5% en 2015 y el 21,1% actual.

Paro

Expertos educativos explican que el descenso progresivo del abandono temprano tiene mucho que ver con el también aumento del paro a consecuencia de la crisis, porque los jóvenes dejan de tener una alternativa laboral y vuelven a las aulas. La influencia de la política educativa radica en una apuesta firme por potenciar la Formación Profesional para que dicho descenso no tenga tanto que ver con la falta de empleo como con una oferta de formación que atraiga a los jóvenes y responda además al mercado laboral.

Los títulos de Bachillerato o FP de grado medio que no obtienen quienes abandonan los estudios postobligatorios es un indicador que tanto Europa como la OCDE consideran como un «nivel educativo mínimo necesario para afrontar con garantías la inserción en el mercado laboral».