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Los horarios comerciales abren la primera gran crisis en el Consell

La decisión de la número dos de Economía, del PSPV, le enfrenta a los altos cargos de Compromís

Los horarios comerciales abren la primera gran crisis en el Consell Manuel bruque (EFE)

Los horarios comerciales han abierto la primera gran crisis en el Consell de izquierdas que comparten los socialistas y Compromís. Hasta ahora, el gobierno de progreso había tenido que afrontar alguna cuestión de impacto moderado como, por ejemplo, las diferencias de criterio con la custodia compartida. Pero la bronca por el «abierto total» del comercio tiene un calado que, de momento, no se había alcanzado en el actual Consell. ¿Por qué? Tiene que ver con una de las grandes consellerias del gobierno, una de las más discutidas y, desde luego, con una cuestión que afecta a la Economía. Un conflicto de gran entidad. Y un peligroso escenario que además, por vez primera, pone a prueba el «invento» de las «consellerias mestizas» con altos cargos mezclados de cada uno de los dos bandos. Así que más allá de la importancia de una decisión que afecta a un sector tan importante como el comercio, el conflicto empieza a medir la resistencia de la estructura que diseñaron los socialistas y Compromís para el gobierno además de la salud de los pactos de gobierno que sustentan las alcaldías de Alicante y Valencia, directamente afectadas por la resolución.

El «Pacte del Botànic», el documento que marca la hoja de ruta del Consell, establecía de forma clara el cierre del comercio los domingos como fórmula para garantizar la conciliación familiar. Pero los recursos, entre otros, de El Corte Inglés llevaron la situación a un escenario en el que a la secretaria autonómica de Economía, María José Mira, nombrada a propuesta de los socialistas como segunda de a bordo de Rafael Climent -militante de Compromís-, entendió que no le quedaba otra salida legal que autorizar el «abierto total». Y los altos cargos de Compromís vieron una vía abierta para marcar distancias en uno de esos asuntos de los que «fijan» la agenda política.

La figura de María José Mira siempre ha sido vista con recelo desde la coalición valencianista. La actual secretaria de Economía «tonteó» con Compromís en los meses previos a las elecciones autonómicas de mayo de 2015. En algún momento, incluso, su nombre llegó a estar en las «quinielas» para incorporarse como fichaje a las listas autonómicas lideradas por Oltra. Pero, finalmente, María José Mira entró en las candidaturas del PSPV. Y nada menos que como número uno por la circunscripción de Valencia en tanto que Ximo Puig decidió encabezar por Castellón. Luego, los socialistas la incrustraron como segunda de a bordo de una de las consellerias con más peso del gobierno y que, a día de hoy, bajo mando de Compromís, es una de las que sigue generando más dudas en gestión. Su decisión de abrir la mano a los horarios comerciales sólo fue la «espita» para avivar todo ese fuego.

Una hoguera que alimentó Natxo Costa, actual director general de Comercio y uno de los altos cargos con un discurso más directo: no tiene pelos en la lengua y habla claro caiga quien caiga. Y así salió a la palestra para cargar contra Mira, molesto por la injerencia en sus competencias, con el pretexto de que se estaba incumpliendo el «Pacte del Botànic» y, de paso, evidenciar sus diferencias con el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, con el que siempre ha mantenido una relación distante y, por momentos, de cierta tensión. Natxo Costa conoce el sector del comercio -ayer mismo tenía mensajes de apoyo por Twitter de varias organizaciones del sector~ por su etapa como secretario de la Unión Gremial de Valencia durante más de una década. Pero además es uno de esos dirigentes de Compromís que tiene claro que ha llegado a la política para desplegar su proyecto sin renuncias después de muchos años de travesía en el desierto. Costa ahora es director general de Comercio pero en la década de los 90 fue uno de los administrativos de la sede de la extraparlamentaria Unitat del Poble Valencià e, incluso, durante años estuvo al margen de la vida política cuando perdió la batalla por el control de su partido frente a Pere Mayor y Enric Morera. Y ahora es de los que piensa que, después de ese periplo, no está en política para echarse atrás.

El enfrentamiento entre dos altos cargos de diferente signo en la conselleria subió todavía más de temperatura cuando el conseller Rafa Climent, en unas declaraciones que recoge un medio digital de Valencia, respaldó a Natxo Costa, avaló su tesis de que se estaba rompiendo el acuerdo del gobierno y, además, puso un elemento encima de la mesa que desarmaba la actuación de María José Mira, su número dos en la conselleria: la resolución del «abierto total» se habría tomado basándose en un informe de la Abogacía de la Generalitat que no tenía carácter vinculante para la decisión.

La disputa ya no era un ataque de cuernos entre dos altos cargos. Era una bronca con un conseller hablando de la ruptura del pacto de gobierno; el alcalde de Valencia, verbalizando que estaba «enfadado» con la resolución; y el de Alicante invitando a sus socios de Compromís a marcharse. Poca broma. Y todo ello a las puertas de las elecciones. Así que a la vicepresidenta Mónica Oltra le tocó poner sus galones encima de la mesa para parar el golpe en su comparecencia posterior al pleno del Consell: ni se ha roto el pacto, dijo, ni habrá cambios en la conselleria. A partir de ahí, admitió errores a la hora de abordar el asunto y garantizó que se pondrá manos a la obra para resolverlo. No era para menos. Con las cosas de comer, no se juega.

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