Más de 8.000 personas procedentes de toda la provincia se concentraron ayer durante una hora con pitos, globos y tabalets en la plaza del Ayuntamiento, desbordándola por todas sus calles adyacentes, para responder a la convocatoria por la defensa de la enseñanza concertadaenseñanza concertada a cargo de la Federación provincial de padres de alumnos Escuela y Familia, y de los sindicatos USO y FSIE.

Ya lo advirtieron en Alcoy la semana pasada, que la movilización sólo acababa de empezar. La presidenta de la federación, Julia María Llopis, desde un balcón perpendicular al del Ayuntamiento cedido por uno de los padres manifestantes, enfervorizó a los asistentes con sus alusiones a las intenciones del conseller de Educación, Vicent Marzà, de acabar con la enseñanza concertada: «Quiere imponer una escuela única y pública, pero se le ha olvidado que el colegio de mi hijo lo elijo yo», bramó acompañada por un grito casi unánime y aplausos.

El conseller había defendido horas antes que sólo se habían suprimido 3 aulas concertadas en el cómputo global por no llegar a la ratio legal, y quiso tranquilizar a las familias por la continuidad de los alumnos en sus colegios con aulas mixtas. La edil María José Espuch, de Compromís, también intentó mediar reuniendo a los convocantes pero nada convence a los afectados y lo hicieron saber en sus discursos los delegados de los sindicatos. «¡Nos vemos en Valencia!» sentenciaron, recordando una nueva movilización el día 22.