Los alumnos de seis y siete años que el curso que viene cursen primero y segundo de Primaria, recibirán de sus respectivos colegios un cheque-libro para que puedan comprar todos los libros de texto.

Los padres o tutores irán a la librería de su elección -previamente autorizada por la Generalitat- e intercambiarán el cheque, que incluirá toda la identificación del alumno -NIA o número de identificación, curso, centro, libros e importe máximo a abonar- a cambio de los textos y tras firmar el recibí, porque el cheque-libro se quedará en el comercio de que se trate para reclamar con posterioridad las facturas a Educación.

Tan sólo en el caso de los colegios de acción educativa singular, Caes, o en centros rurales, donde es más complicado que las familias accedan a las librerías por sus circunstancias socioeconómicas, los propios colegios podrán adquirir los textos directamente pero siempre con los cheques nominales del alumnado.

Una aplicación informática que va a elaborar la Conselleria de Educación favorecerá la tramitación de los cheques-libro desde los colegios.

Reposición

Para el resto del alumnado, el procedimiento que señala Educación para disponer de bancos de libros en todos los colegios el curso que viene deja en manos de los propios centros la responsabilidad de recoger todos aquellos que estén en condiciones de ser reutilizados cuando acaben las clases este año.

Este curso, al ser el primero en el que se ha puesto en marcha la XarxaLlibres, se permitirá cierta flexibilidad, de forma que se considerará devuelto el lote de libros si se recuperan al menos el 85% de los ejemplares. En cursos sucesivos habrá que devolver el lote al 100% o, en su caso, comprarlos.

También se permite excepcionalmente que haya subrayados en bolígrafo o rotulador, siempre que el ejemplar sea reutilizable. Pero desde el curso que viene estará prohibido, solo se permitirá el lápiz y de no ser así, la familia estará obligada a reponer el texto, es decir, deberá comprar otro ejemplar para dejarlo en el colegio.

Previamente, Educación determinará una cuantía económica para los centros educativos en concepto de «reposición y renovación de libros de texto», todavía por cuantificar.

Para la recogida de los textos, una vez termine este curso, se faculta a los directores de centro a computar horas complementarias para los docentes que se ofrezcan voluntarios para llevar a cabo la tarea de comprobación de que son reutilizables, lo que dará derecho a cada familia a otros 100 euros como máximo.

También se contempla la posibilidad de que padres voluntarios se sumen a esta labor de revisión de los libros, pero siempre bajo la supervisión de los directores. Y como norma general, antes de cada día 1 de junio los colegios publicarán la lista de libros disponibles del curso siguiente.